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EDITORIAL

La seriedad de la francesa Ouigo ante el desprecio de la española Renfe

Tren Ouigo. -OUIGO

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ES VERDADERAMENTE lamentable que tenga que aparecer una compañía francesa ferroviaria para enseñarle a la española Renfe, pública y sufragada por todos, especialmente los sueldazos de sus incompetentes directivos, cómo se hacen las cosas. Se hacen con luz y taquígrafos y con transparencia. Y con claridad, determinación y concreción. Que es lo que ayer hizo Ouigo, a través de su primera ejecutiva en España, atraída por el regidor de Valladolid, para anunciar su decisión de operar con trenes de Alta Velocidad entre la capital pucelana y Madrid a partir de mediados del próximo año con trayectos a nueve euros. Eso sí, para eso precisa los permisos de Renfe, compañía regida por auténticos incompetentes, nombrados por la ministra Raquel Sánchez, otra incompetente de tomo y lomo, como ha demostrado diseñando trenes en Feve que no caben por los túneles de Feve. 

La transparencia se ejerce así. Dando la cara. Explicando y comprometiéndose. No como hace Renfe, escondiéndose y orquestando una campaña de intoxicación y bulos a las redacciones que han aceptado tan vergonzosa práctica por parte del departamento de Comunicación de la compañía ferroviaria. Renfe se ha dedicado a mentir e intoxicar esta semana después del traspiés de la ministra, de nulo recorrido político, que reconoció en Zamora que los AVE low cost de Renfe quedan vedados para Valladolid, Segovia, Palencia, Burgos y León. Sólo se detendrán en Zamora, pero camino de las ciudades gallegas.

El regidor de Valladolid, Jesús Julio Carnero, dio ayer un golpe político en toda la línea de flotación del gobierno de Pedro Sánchez, al que Renfe y la ministra Raquel Sánchez han puesto a los pies de los caballos a tres días de las elecciones en Castilla y León. En medio del desdén del gobierno central hacia Castilla y León, Carnero consiguió que Ouigo presentara su oferta en el consistorio vallisoletano para operar en Castilla y León y dejar en evidencia a Renfe. Claro que hoy en esas otras ciudades, los alcaldes, algunos socialistas, como los de León y Palencia, se preguntarán qué extraña estrategia siguen sus compañeros de Moncloa ante una cita electoral. Las consecuencias de tanto bulo, tanto desprecio hacia Castilla y León y tanta incompetencia de altos cargos que cobran 180.000 euros, el domingo por la noche al cierre de las urnas. Los ciudadanos dictarán sentencia y el PSOE de Castilla y León pagará los platos que seguramente han roto desde Madrid. En poco más de 48 horas este análisis se convertirá en una certeza objetiva. Los ciudadanos son implacables, especialmente cuando se les toma por el pito del sereno.