El tarambanas de Briviesca
Las urnas te dan sorpresas, sorpresas te dan las urnas. Los vecinos de Briviesca han elegido un alcalde del PP y les ha salido un tarambanas. Nada más coger el bastón de mando el tal José Solas (o en compañía de otras) se ha puesto a zurrar a destajo. Y lo primero que ha hecho para estrenar el cargo es meterle un zurriagazo a una obra de teatro que contaba la historia de un maestro que enseñaba a soñar a sus alumnos con el mar. Los cafres de aquellos tiempos le metieron cuatro tiros, o los que fueran, y lo echaron a una fosa común, de la que no salió hasta que la memoria lo recuperó no hace demasiado.
Todo el mundo tiene derecho a tener por tumba algo mejor que un agujero excavado para esconder las consecuencias de la intransigencia. ¿Tiene algún complejo el alcalde tarambanas? ¿Qué le incomoda de la obra de teatro que cuenta un historia emotiva y trágica de nuestros tiempos bárbaros? Tal vez está más preocupado por dividir el voto de su partido en el partido judicial para la Diputación. Y a esto es a lo que se dedica el artista. A esto y a cargarse la programación cultural. En lugar de la obra censurada puede proyectar una de vaqueros echando esgarrios a una escupidera. Tal vez eso encaje más y mejor en sus anhelos intelectuales. Es lo que tienen las urnas, que son como las cajas de bombones de Forrest Gump, que cuando las abres nunca sabes cuál es el que te va a tocar. En cualquier caso, si el regidor no tiene vergüenza, sí debería tener quien se la ponga. Sin ir más lejos el presidente del PP burgalés, Borja Suárez. Porque el silencio no es una opción, ahora que sabemos por investigadores salmantinos que tenemos neuronas que son capaces de detectar el silencio. Bullen las neuronas con lo que truena el silencio del PP de Burgos ante semejante tropelía. Tiempos bárbaros en Briviesca. Tarambanas tengas y los disfrutes, Borja. Vuelven los Borgia, dios nos asista, Arconada centrocampista.