Electoreando en verano
ESTE AÑO tiene pinta de que en vez de veranear vamos a electorear. Si nadie lo remedia el próximo 23 de julio iniciamos la pretemporada de elecciones que puede alargarse indefinidamente si los pactos, como protagonistas absolutos de la campaña, no lo impiden. Por desgracia lo importante ya no son los votos de los ciudadanos sino los pactos y apaños postelectorales que determinan los Gobiernos y la subasta de cargos. Debemos acostumbrarnos a que una cosa es ganar las elecciones y otra gobernar, y parece probable que quien gane las próximas elecciones no gobierne.
Resulta evidente que no va a haber mayorías absolutas por lo que estamos condenados a soportar el mercadeo postelectoral al más puro estilo de la política italiana con el riesgo de pasarnos el año, y no sólo el verano, electoreando. El problema es que ni siquiera son los pactos en si mismos los que acaparan la actualidad política, sino el dichoso relato o las estrategias de comunicación sobre ellos Y ahí tradicionalmente los socialistas le comen la merienda al PP que entra al trapo como un miura a todos los señuelos argumentales.
¿Por qué llevamos días y días hablando de los pactos entre PP y Vox? Porque a los socialistas les interesa. ¿Por qué no se habla de los futuros pactos con la extrema izquierda o con los independentistas radicales que, sin duda, necesitaría el PSOE para gobernar? Porque a los socialistas no les interesa. ¿Por qué no se habla de otra cosa en la campaña que de la violencia machista, familiar, intrafamiliar o como se diga? Porque a los socialistas les interesa.
No creo que haya un sólo miembro de Vox o del PP que no esté en contra de cualquier tipo de violencia de los hombres hacia las mujeres pero nos quedamos con la superficialidad del debate terminológico porque es lo que a los socialistas les interesa, en lugar de hablar de cuestiones de fondo como el daño que la “Ley del sólo si es si” ha causado a la seguridad y a la dignidad de las mujeres.
El líder de ERC ya ha advertido, haciendo honor a su apellido, de que sus exigencias serán, en esta ocasión, mucho mayores en caso de posible pacto con los socialistas dejando entrever, una vez más, sus amenazas territoriales en forma de referéndum, pero de eso nadie habla. Está claro que desde que MAR y su ejército de colaboradores se replegó al ámbito madrileño la única beneficiada de todo esto en términos de comunicación ha sido, y es, Ayuso. El resto, a seguir electoreando.