La sanidad rural, una apuesta que debe sustentarse en la calidad
SI POR algo se diferencia Castilla y León, entre otras cosas, de otros territorios es por los consultorios médicos. Una singularidad que sólo se da aquí, en esta tierra tan extensa y con un mundo rural tan vasto jalonado de miles de pequeños pueblos. Un mundo rural que tiene que ver cómo los servicios públicos no le llegan siempre con la misma garantía que en la ciudades. Los consultorios médicos en todos y cada uno de los municipios de la Comunidad son a la Sanidad lo que las escuelas con cuatro y hasta con tres alumnos, una rara avis que no se da en ningún otro lugar, no ya de España, sino del mundo. Eso es un hecho y debe valorarse.
Pero, dicho esto, de poco o nada sirve tener un consultorio si éste no es atendido por profesionales. El hecho de que haya consultorios rurales que no tienen ninguna tarjeta asignada, es decir, ningún paciente, es la evidencia palpable de la sangría poblacional que sufre esta tierra, como otras en este país, pero que en Castilla y León se hace especialmente visible. Y el que desde la Consejería de Sanidad se decida mantenerlos es la demostración de esa idea clara por la Sanidad en su conjunto y por la rural, en particular. Una apuesta que sólo puede hacerse con profesionales sanitarios. De nada sirve tener un consultorio médico abierto y si a él no va médico alguno porque, como bien se señala, no los hay.
Un consultorio rural o se atiende por un facultativo o será otra cosa. Y es aquí donde entra la organización de los servicios de atención. Señala el presidente de los médicos que son los pacientes quienes tienen que acudir al médico y no el médico al paciente. Puede que sea así, pero detrás de esa afirmación están todas esas personas mayores que viven en los pueblos y que no tienen ni los medios, ni la posibilidad de desplazarse a un centro de salud, por cerca que pueda estar de su pueblo. Persona mayor que requiere la misma atención de calidad que otra de su misma edad que viva en cualquier ciudad de Castilla y León y que, por tanto, o le llevan el médico a su consultorio o se le ponen los medios para acercarle al centro de salud. Pero esa puede ser la excepción, no la tónica general.
La norma general dice que si existen consultorios rurales, como existen y se mantienen como una apuesta de Castilla y León, al frente de ellos debe estar ese médico de Familia que, quizás por el volumen de gente, no atienda todos los días, como es lógico, pero sí los días que se articulen. La Sanidad rural es una apuesta clara de Castilla y León que en ningún otro territorio tiene un desarrollo operativo a través de esos consultorios rurales, pero el trabajo pasa por que la atención de los mismos sea de calidad. Esa es la difícil tarea en la que se tiene que trabajar y en la que, con errores y aciertos, se está trabajando. El reto pasa por corregir los errores y multiplicar los aciertos.