Que os den a todos
¡QUÉ PIFOSTIO! Resulta que Xavier Trias i Vidal, el candidato de Junts –o sea el representante del golpista Puigdemont– que durante la campaña de las municipales ocultó las siglas para que picaran los pajaritos y se revolcaran de independentismo rebozado en butifarra, al ver que ya no sería el alcalde de Barcelona, como correspondía a su facha de «senyoriu», nos ha mandado a todas, a todos, y a todes a… No, no me atrevo a decirlo. Desde que soy premio en Ciencias Sociales y Humanidades he cambiado: soy casto y reprimido como un pijo en proceso de canonización.
Lo cierto es que Trias, con voz de viejo verde en recesión mucogingival, ha dicho «que os den a todos». Como he perdido el norte, pues no sé qué habrá querido decir con esto el gran catalán de los «collons». Y como no lo sé, se lo he preguntado a mi vecina Carmina: oye, Carminica, tú que pisas la calle con la alegría del gallo kiriko, ¿qué habrá querido decir Trias con eso de que os den a todos?
¡Qué poco sentido del ridículo el mío! La carcajada se oyó por todo el patio de luces: ¡Vecinos, atentos, que el señor Piedra me pregunta, como si fuera el pendrive virginal de Santa María Goretti, que qué quiere decir que os den a todos! ¿Habéis oído una gilipollez tan pura? Pues qué va querer decir, so bobo, pues que os den a todos por el culo, o si lo prefiere el señor profesor, que os den a todos por donde capan los pepinos. ¡Dios, qué vergüenza más universal! No espabilo con mi vecina. No vuelvo a preguntar ninguna bobería más en lo que resta de vida. Lo juro.
Allá cada uno con sus memeces de cuerda floja. Pero el caso es que estas palabras tan vanguardistas de Trias –propias de un viejo estreñido que ha tomado chocolate y se va por la pata abajo– están marcando tendencia política, tanto en la constitución de las nuevos gobiernos autonómicos salidos como consecuencia de las elecciones del 28 de mayo, como en la pre campaña del 23 de Julio que nos aguarda como un auténtico juego para bobos y villanos. Y de la manera más rotunda, pues algunos políticos TRIÁSicos –es decir, con sedimentos geológicos degradados– nos están dando a entender con actos, y con palabras de Juan palomo, que quieren torcer la voluntad popular, que nos tratan como a idiotas, y que, en definitiva, que nos den a todos los votantes justo por donde dice Carmina.
Esto parece que está haciendo, sin más remilgos, doña María Guardiola i Martín en Extremadura y a cuenta de Vox. Ya su apellido es ambiguo per se, pues no sabemos, yo al menos, si se moteja así porque procede de La Guardia –el pueblo toledano que denomina a sus oriundos como guardiolos o guardiolas–, o si procede de la planta del mismo nombre, y que se llama guardiola con nada menos que 17 especies. El linaje más definitorio de la política extremeña sería, según mis investigaciones, el de la «guardiola rotundiflora», que es dura, extemporánea, indigesta, pendenciera, tuntunera, y que se da como los hongos en los encinares y en los alcornocales.
Y claro, de la ambigüedad filológica de doña María, que es funcionaria de carrera a todo pago, pasamos a la incertidumbre política. Nadie sabe, a ciencia cierta, si está mandando a los votantes extremeños, y de paso a todos los que votamos el 28 de mayo, a donde el culantro se convierte en hierba aromática; si es la tapadera del PSOE para hacer el caldo de altramuces que tanto gusta a los zorros, según expresión del Corbacho; si es la ingeniera-jefe de Podemos para que las cabras sigan tirando al monte más allá de la ley del sí es sí; si es la ecónoma de Sumar que promete un referéndum al 3% la inversión; o si es la generala del Ejército de Liberación del PP, que dirige mi ex alumna Soraya Sainz de Santa María, para que siga gobernando Guillermo Fernández Vara en Extremadura, Aragonés en Cataluña, y Pedro Sánchez en toda España.
Con estas ayuditas de pimpineja la mano la coneja, la sensación es que a don Alberto Núñez Feijóo – «¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,/ que en esta apartada orilla/ más pura la luna brilla/ y se respira mejor?» – le están haciendo la cama, y que las elecciones del 23 de Julio, como no dé un golpe en la mesa, se las birla Sánchez con un Gobierno Frankenstein II que será «la envidia amarilla» del orbe que decía Ovidio en sus Metamorfosis. De momento, los suyos ya han pactado con corruptos en Cantabria, y en Aragón, veremos a ver si hacen un PAReado fino. Lo que significaría un soberano desplante a sus votantes, o lo que es lo mismo: que les den con el rabo en la sartén.
Así que Sánchez está resucitando o lo están resucitando a sorbos. De hecho, se ríe en abierto con sus viajecitos en falcon, de sus mentiras en saco roto, de sus leyes tan feministas que ponen a cientos y a cientos de violadores en la calle; fabrica con tiralíneas de tinta china los gráficos de la economía como si fuera el Gobernador del Banco España; se hace sus propias entrevistas para que veamos, como se dice en El Quijote , que aquí «todo va de Pedro a Pedro» como una moto; se crea su propio victimario con Otegi; y el CIS ya le da por vencedor en las generales del 23-J sólo para hacernos una advertencia: que de la ira de este señor te libre Dios, porque te va a dar por todas partes.
¿Qué haremos los votantes? Pues lo propio: votar contra Sánchez y los suyos que quieren Sumar con Trias más y Más mesas para el independentismo y para el totalitarismo etarra. Y poner en solfa a los sanchistas de tapadillo como Guardiola, López Miras, Buruaga y a los PAReados de Aragón. Y anunciarles a los unos y a los otros, lo que dice mi vecina por boca de Ayuso: «No les tenemos miedo», y que os den a todos por…, ricuras.