El comercio espera una campaña de rebajas balsámica para el sector
El OPTIMISMO cunde entre los comerciantes castellano leoneses por la inminente apertura del periodo de rebajas en el que esperan obtener unos mejores resultados que en anteriores campañas de descuento, impulsados por una climatología favorable y el interés del público por renovar las prendas de los armarios. Es una buena noticia para la economía de la Comunidad que el comercio, especialmente en el sector textil y de moda y complementos, entre en una etapa de mejoría después de las oscilaciones que ha padecido desde la época de la pandemia. El comercio es el gran empleador de la economía autonómica y también es la base de un alto número de profesionales autónomos. Constituye la lluvia fina de puestos de trabajo, de generación de riqueza, de transversalidad con otros sectores e, incluso de pago de impuestos, que cala en la economía y ayuda a que el tono general del censo de empresas de la Comunidad avance e impulse el PIB autonómico. Las expectativas de ventas en esta campaña de rebajas veraniegas son buenas para el pequeño comercio que aún con todo tiene que pelear por la atención de los compradores con los grandes reclamos que ofrecen las cadenas de tiendas, las franquicias y los centros comerciales. Adicionalmente, los profesionales del sector temen que la carestía de la vida, el encarecimiento de los tipos de interés e, incluso, la campaña del impuesto de la renta mermen la capacidad o la voluntad de compra de los consumidores. Tan frágil es el débil equilibrio entre la rentabilidad y otra campaña de rebajas echada a perder que los comerciantes miran al cielo esperando que el sol y el buen tiempo animen a los compradores. Las rebajas se adelantan este año en la Comunidad y el sector está ya preparado. Si el comercio prospera y florece a Castilla y León le va mejor y si se constipa acaba por contagiar a todo el tejido productivo por tanto es de esperar que consigan encajar todas las piezas necesarias para que la campaña de rebajas sea el bálsamo que precisa un sector que en muchos casos está al borde del agotamiento y aunque se ponga a prueba su capacidad de resiliencia tiene capacidad para salir adelante como ha quedado demostrado tras las sucesivas crisis que se han padecido en los últimos años, en los que los sufrimientos han sido compartidos con sus clientes. Hoy los brotes verdes asoman de nuevo para que los comerciantes puedan hacer la cosecha que esperan.