Nuccio Ordine: valores para una sociedad
Hace apenas unos días que falleció con 64 años el filósofo y humanista italiano Nuccio Ordine. Había sido proclamado Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y defendía unos valores que hoy están depreciados por lo que representa la riqueza, lo puramente material y lo tangible. Fue un pensador que se fijó en nosotros y escribió para nosotros, para los seres humanos que conformamos la sociedad actual: esa que tanto piensa en las riquezas, como si, solamente ellas, tuviesen la posibilidad de resolver todos los problemas que nos acucian. Nuccio Ordine creía que la verdad enraíza en lo sencillo y practicó la verdad, la humildad de los sabios que declinan su propia pesadumbre para alumbrar el mundo que sirve para todos. “La utilidad de lo inútil” es el título de una de sus obras. Ahí se manifiestan los valores que, en muchas ocasiones, consideramos inútiles; porque creemos que no aportan los beneficios económicos que deberían de aportar. Ordine creía que lo que en muchas ocasiones consideramos inútil es nuestra salvación y también la del joven que estudia medicina para ganar dinero y lo gana. Gana mucho dinero, pero nunca va a ser un médico que comprenda los auténticos valores de la ciencia que ejerce y, lo peor de todo: nunca será feliz. A esos políticos españoles que dicen a menudo que trabajan para su país, para su tierra, habría que preguntarles muchas cosas. De modo inocente yo me las pregunto ¿A cuánto ascenderá el patrimonio económico de José Bono, de Manuel Chaves, de Cristóbal Montoro, de Javier Lambán, de Jordi Pujol, de Puigdemont, de Pablo Iglesias y Montero, o de María Gámez, la que fue directora de la Guardia Civil, y de tantos otros que tenemos en mente? ¿Ya eran todos ricos de cuna? ¿O se hicieron ricos ejerciendo cargos públicos? ¿O trabajando duramente para todos?, como algunos dirían… Lo dejo ahí, porque es más interesante seguir ahondando en el pensamiento de Ordine y dilucidar si será cierto que el puro interés, o sea, “la pasta monda y lironda”, perjudica incluso a algunas instituciones; ya que hoy en día, numerosas facultades de humanidades se han quedado vacías porque se supone que ejerciendo esas profesiones no se gana dinero. Nuccio Ordine se preguntaba si los saberes sin beneficios son inútiles. Si es inútil leer El Quijote, Cien años de soledad o Memorias de Adriano. La utopía del mundo late en el pensamiento que dejó para nosotros este notable autor y en todo lo que se mide con dinero y sólo con dinero. Recuerden que John Locke, otro filósofo, atacó a la poesía por su inutilidad ¡De todo ha de haber en la viña del señor!