Hay que optimizar la organización de la sanidad para afrontar el verano

EL VERANO es tiempo para las vacaciones y hay sectores donde se produce una ralentización e incluso una paralización de la actividad, pero hay otros donde esa medida es imposible. La sanidad es un caso evidente, porque los problemas de salud no entienden de periodos vacacionales y menos en una comunidad autónoma como Castilla y León en la que hay muchos lugares que incrementan su población en verano y, por tanto, las posibles necesidades de atención. Esta situación es difícil de gestionar siempre, porque los profesionales de la sanidad tienen, como todo el mundo, el derecho de coger sus vacaciones, que también son una cuestión de salud, más en profesiones donde hay dosis elevadas de estrés. La sanidad castellano y leonesa se enfrenta, por tanto, un año más a un periodo complicado fundamentalmente porque es muy difícil encontrar médicos que puedan sustituir a los que se ausentan por vacaciones. 

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, aludió ayer al problema de la estación estival y los servicios que tiene que prestar obligatoriamente la sanidad pública. No hay ninguna otra opción que no sea la de seguir aportando los servicios adecuados a la población, pero sería contraproducente negar las dificultades existentes. Frente a esa situación no queda otra salida que buscar la mayor eficacia posible a través de una gestión adecuada. Se trata prácticamente de gestionar una pequeña crisis, ya que por ser estacional no deja de serlo, y la fórmula adecuada, al menos la más lógica, no parece otra que la de optimizar al máximo la organización. Es evidente que lo ideal sería contar con más efectivos, pero ante esa carencia, el objetivo principal no puede ser otro que sacar el mayor rendimiento posible a lo existente para conseguir dar el servicio adecuado a la población. Es imposible que los profesionales multipliquen su labor durante el verano, por lo que la apuesta debe ser conseguir la eficiencia en las organización para mantener los servicios asistenciales.

Es lo que proponía el consejero en Salamanca y esa debe ser la encomienda a trasladar a los órganos de gestión. Hay previsiones de cierres estivales de plantas en hospitales y también de consultorios rurales en Atención Primaria. Por supuesto, esos cierres no representan la situación ideal, pero lo fundamental es que, si son obligados, se pongan en marcha las medidas adecuadas para que no se produzca un déficit de atención sanitaria, proporcionando alternativas válidas a los pacientes afectados, ya sea en hospitales o en el mundo rural.