Caballería desbocada
APOTEÓSICO fin de campaña del candidato Sánchez a todas las alcaldías y presidencias de comunidades autónomas. Apoteósico, delirante, increíble, concluyente. No sólo no ha dejado títere con cabeza, sino que, además, nos ha vendido la democracia, como si fuera una tomadura de pelo, con esta añagaza de adolescentes y de tiranos con almohadilla.com: al tontolaba múdale el juego. Dicho y hecho.
Con la jeta impresionante del revoque de una bolsa, quiere que mañana –todos, todas, todes, okupas, violadores y chulísimos en general– metamos en la urna lo que en una democracia es anticonstitucional de cabo a rabo. Por ejemplo: que se compren votos aquí y allá como hacían los caciques en el siglo XIX; que el secuestro de una concejala se vea tan ejemplar y sellada como una tumba bolivariana; que un Latin King se incluya en las listas sanchistas como modelo de integración de la «todopoderosa Nación de Reyes y Reinas Latinas»; que los verdugos y asesinos filoetarras sean más víctimas que las víctimas de verdad que pasaron por las armas; que las agresiones sistemáticas a opositores se consideren justicia democrática, o que el racismo y el supremacismo –fieles copias del independentismo y del latrocinio indultado– se consideren mercadura de menor cuantía.
Gravísimo y propio de una tiranía corrupta y populista que pretende dominar todo: los poderes del Estado democrático, el sistema de elecciones, las leyes, y la compra de voluntades. A la pobre Aminta, que tenía voto de protesta en El Burlador de Sevilla, de Tirso, esto le pareció un horror y ejerció su voto de esta manera: «La desvergüenza en España se ha hecho caballería». Pues eso, a ver si mañana a toda esta caballería desbocada la vota «Txapote».