El PP o la teoría del Sanchismo

El PP o Partido Popular, según los gustos veganos o carnívoro, suele habitar en su propio inconveniente. Esto supone que le cuesta aprender, incluso la lección ya cateada. Es algo así como un bachiller que constantemente acude a la EBAU con el mismo tema de memoria a sabiendas que no va a salir, salga el sol por Antequera. El PP de Castilla y León, que por algunos momentos, y por alguna extraña razón se cree el PP de Ayuso, ha decidido tropezar en la misma piedra, la del mantra del Sanchismo, que consiste en decir ayer una cosa, y hoy y mañana lo mismo, a ver si cala. A ver si cala en Calamocos, pegado a San Miguel de las Dueñas, pero municipio de Castropodame. Por alguna extraña razón la jefatura, Mañueco incluido, sigue haciendo caso a los teóricos que le cuentan, como le contaron allá por el crepúsculo de 2021 que hay que poner a Sánchez en la diana para acertar con el tiro en las urnas. Desde aquella les faltan dos dedos del pie derecho. Mejor haría Mañueco en hacer caso a su instinto, que es no el de un animal político, pero sí el de un sigiloso felino orgánico que además de olfatear las debilidades del contrario suele ver crecer la hierba electoral. Pero estamos en estas, las del Sanchismo  y su mecanismo. En Burgos, por ejemplo, los estrategas de Cristina Ayala (Jomeini), esa que perfeccionó el ‘Caserismo’ de Casero, Alberto, el mermao, que no es lo de los arbitrajes de Negreira en el Camp Nou, sino lo de tener tres teclas para votar y no acertar con el acierto, han decidido hacer carteles del Sanchismo de Daniel Pedro Sánchez de la Rosa. El estacazo puede resonar en las pozas de las Marianas (Rajoy), saca el güisky Cheli. Presentar una propuesta al calor de las urnas para no sé qué lío de hacer cosas en Burgos ahora que es candidata y votar en contra, sólo es comparable al suicidio (político) colectivo perpetrado por Teo García Egea, que ahora anda enfrascado en Bitcoins, aviso a navegantes y temerarios inversores financieros. Sólo Ayuso es Ayuso.