¿Será el hidrógeno el futuro de la movilidad?
Cada vez es más evidente que el vehículo eléctrico desplazando pesadas baterías, y con altos tiempos de recarga no será la solución definitiva de la movilidad sostenible. El hidrógeno pude utilizarse como electrogenerador en pilas de hidrógeno para los motores eléctricos, o directamente para motores de combustión, ya que su combustión produce agua, que es un producto no contaminante.
El hidrógeno es el gas más ligero conocido. Es incoloro, inodoro, insípido, no tóxico, muy volátil e inflamable. Su contenido energético por kilogramo es extraordinario. Más del doble del gas natural y casi el triple que la gasolina, el butano o el propano, aunque la energía por unidad de volumen en condiciones ambientales es una tercera parte del gas natural o gasolina. Además, es el elemento más abundante en el universo. Es el combustible alternativo más atractivo debido a su excepcional energía de reacción.
Para poderlo utilizar generalizadamente como fuente de energía hay que resolver dos problemas esenciales. La producción, ya que es imposible encontrarlo aislado en la naturaleza, y el almacenamiento, ya que los procesos para licuarlo requieren temperaturas extraordinariamente bajas y/o presiones muy altas.
El hidrógeno puede ser químicamente extraído a través de gas natural, gasificación del carbón, reforma de biomasa, fotólisis del agua, etc. Estas técnicas no son las más idóneas debido a que la materia prima utilizada se basa de combustibles fósiles que no son sostenibles ni limpios, o la biomasa, en cuyo caso el proceso produce una elevada cantidad de CO2. También puede obtenerse por electrólisis del agua, pero, en cualquier caso, son procesos altamente consumidores de energía.
Se trabaja en la producción in situ del hidrógeno a base de la hidrólisis de aleaciones metálicas con agua. El aluminio aleado con Galio, entre otros metales, es el compuesto con mejores propiedades para llevar a cabo tal fin. Un depósito de agua/aluminio para alcanzar las autonomías actuales sólo incrementaría el peso del vehículo en un 1%, incomparable frente a las baterías actuales y se conseguiría la producción necesaria en el punto de consumo para alimentar el avance del vehículo. Tras las pruebas en prototipos, el proceso se considera viable técnica y económicamente.
Los avances parecen prometedores y sostenibles, por lo que algunas marcas como Toyota Hyundai o BMW están invirtiendo en el desarrollo del automóvil de hidrógeno.
Miguel A. García es responsable de Negocio en GERIGES.COM.