Diario de Castilla y León

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AHORA QUE están tan de moda los concursos televisivos y los ‘show talents’ de todo tipo es extraño que no haya alguna productora que, ahora que empieza la campaña electoral, plantee un concurso de promesas electorales entre todas las que están por venir en las próximas semanas. Si se organizara bien sería, sin duda un éxito televisivo que arrasaría en las audiencias. Las catorce citas electorales que se han celebrado en España desde 1978 consolidan ya una trayectoria democrática en la que hemos pasado de creernos ingenuamente todo lo que nos contaban e ilusionarnos con las nuevas propuestas políticas a no creernos nada y  asumir que, en campaña, tenemos que escuchar todo tipo de promesas a sabiendas de que jamás se van a cumplir.

Quizá sea el momento de avanzar un paso más  y ya tomárnoslo con sentido del humor en vez de alimentar más el cabreo y la decepción.

Durante nuestra democracia hemos oído todo tipo de promesas electorales. Desde la recuperación del rescate bancario hasta la permanente reducción de las listas de espera en materia sanitaria, pasando por la reducción de hasta un 55% de las emisiones de CO2, la disminución del número de Diputados, la despolitización de RTVE, la inversión en ciencia, el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, la accesibilidad universal, la extensión de cobertura móvil a todo el territorio o la reforma del modelo de financiación autonómica…son algunas de las más clásicas.

Pero seguro que en los próximos meses escucharemos, no sólo estas, sino algunas más llamativas porque, asumido su incumplimiento, lo más importante es llamar la atención.

Tanto es así que, en ese hipotético show talent de promesas podrían crearse distintas categorías a la promesa más ocurrente, a la más inviable, a la más repetida, a la más original o, incluso, a la más divertida. Con la presencia de los distintos candidatos compitiendo en un formato televisivo dinámico dirigido por un presentador divertido y con talento, salpicado con actuaciones musicales y con un Jurado compuesto por destacados Diputados y Senadores expertos en incumplimientos electorales, el show televisivo sería un éxito de audiencia sin precedentes para cualquier cadena que lo emitiese. Podría estrenarse, a modo de aperitivo, con el Alcalde de Valladolid y su nuevo parque acuático. Y, a partir de ahí, dejemos volar la imaginación de nuestros audaces políticos. Dejemos ya de transitar por el escepticismo, la decepción, el cabreo o la incredulidad y pasemos directamente al entretenimiento. Total, nos va a dar igual.

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