La transición en la automoción debe escuchar a un sector industrial vital
LA TRANSICIÓN en el sector de la automoción hacia un nuevo modelo de movilidad que reduzca sustancialmente la contaminación mediante la disminución de emisiones es algo obligado, casi inevitable, ante la necesidad de actuar frente al daño que se ha producido al medio ambiente. Eso no significa que no que haya que tomar también precauciones para que no se generen daños colaterales. Las medidas de la Unión Europea sobre la reducción de emisiones preocupan a un sector tan importante como es el de la automoción y es también obligado escuchar a quienes son los principales protagonistas del cambio que se propone y además un pilar fundamental en la economía europea, española y de Castilla y León, donde las fábricas de automóviles y la industria auxiliar representan un sector estratégico de la comunidad autónoma.
El proceso de cambio está dirigido por la Unión Europea y el sector del automóvil no es un obstáculo para llevarlo a cabo. La industria es consciente de la necesidad de esa transición y lleva tiempo planificando el cambio de modelo productivo, que requiere también una importante inversión para la modificación de los sistemas de producción. Se trata de hacer automóviles en gran medida diferentes a los actuales, por lo que se requiere otra tecnología y líneas de producción adaptadas Representantes del sector, reunidos ayer en el primer congreso Mobility Challenges celebrado en Valladolid, dieron muestras de su plena disposición al cambio, pero también dejaron patentes los inconvenientes que les generan algunos de los plazos propuestos por Europa. Están satisfechos con la propuesta marcada por la Comisión Europea para 2035, pero discrepan de la imposición de la Euro7 para 2025, debido a que ese plazo no otorga el tiempo que necesita la industria para adaptar los motores y obligaría a parar la producción para poder hacerlo.
El planteamiento de la industria tiene lógica y, por tanto, merece ser escuchado para afrontar así el cambio desde el siempre necesario consenso. El Gobierno de España debe trasladar las inquietudes de los industriales a Bruselas y aplicar esa transición en España evitando daños a un actor fundamental en el tejido industrial del país. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que acudió ayer al congreso, se comprometió a trasladar las inquietudes del sector al Gobierno de España, consciente de la importancia del sector del automóvil en Castilla y León.