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LAS DISTINTAS comunidades autónomas y sus diferentes instrumentos de cooperación en distintas materias comunes están a punto de descubrir España. No tardará el momento en que descubramos la conveniencia de establecer políticas conjuntas en relación a problemas que son comunes en todas las regiones y que conviene afrontar de manera coordinada y global. Se trata de un proceso de descentralización de ida y vuelta en el que primero se transfieren las competencias para después desarrollar convenios de colaboración y todo tipo de herramientas de cooperación entre Comunidades Autónomas para una mejor gestión en materias como la sanidad, los incendios, la educación, las emergencias, la seguridad o las políticas de empleo entre otras cosas.

Hace unos días la ministra de defensa, Margarita Robles, pedía en Salamanca al presidente de la Junta de Castilla y León prevención ante el aumento del riesgo de incendios con la proximidad del verano, y añadió que lo del año pasado no puede volver a ocurrir. ¿Pero alguien en su sano juicio puede pensar, por mucho que estemos en campaña, que el problema de los incendios es un problema de Castilla y León; o que el problema de la sanidad es un problema de Madrid; o que el problema de la falta de profesionales en muchos sectores es un problema exclusivo de alguna otra Comunidad Autónoma ? Se trata de problemas de carácter nacional que deben ser afrontados con estrategias y políticas de ámbito nacional frente a una descentralización mal entendida que lo único que hace es trocear los problemas y utilizarlos como munición electoral. 

Quede claro que el Estado de la Autonomías que consagra la Constitución ha permitido extender por todo el territorio una de las épocas de mayor bienestar de nuestra historia. Pero también es verdad que, en ciertas materias, se nos ha ido la mano con las transferencias de competencias en cuestiones que deberían ser gestionadas desde el Estado de manera conjunta y que, en muchas ocasiones, se han realizado simplemente como moneda de cambio para satisfacer las exigencias separatistas.

Ya son varias las Comunidades Autónomas, entre ellas Castilla y León, que reclaman políticas conjuntas del Gobierno Central en materias tan sensibles como la sanidad pública o la gestión de incendios de cara al próximo verano que se adivina muy complicado en todo el país. 

Ya es triste que tenga que ser por problemas tan graves por los que las distintas regiones y territorios se vean obligadas a cooperar estrechamente bajo una estrategia conjunta marcada desde el Gobierno central.  ¡España a la vista!  Todo un descubrimiento.