Los BMWs patera de las Cortes

Seguimos a la espera de que en las Cortes de Castilla y León se establezca la ley y el orden. Invadido como está el hemiciclo por la anarquía y el desorden. La autoridad hace tiempo que se le fue de las manos al regente del parlamento de Castilla y León. Le ocurrió como a esos árbitros malos a conciencia, que zanjaron una indisciplina a tiempo y ahora a ver quién le pone el cascabel al gato, que en días de pleno todos son pardos, aunque lo importante es que cace dietas y nóminas. El desbarajuste es monumental. Viene ya de los tiempos de Luis Fuentes, al que, cuando llego al parlamento, allá por 2015, hubo que instalarle un sofá en el despacho del grupo para echar la siesta. De esto puede dar cuenta y fe un antiguo jefe de protocolo, que además tuvo el acierto de encontrar un sofá naranja extraviado entre tantas estancias como esconde el mausoleo que se levanta a orillas de la vallisoletana avenida de Salamanca.  Pues todo sigue igual, manga por hombro. Los miércoles de pleno sus señorías acuden a fichar, 220 euritos al bolso, y desaparecen del hemiciclo, donde son más los escaños vacantes que los cubiertos. Igual la autoridad debería empezar por ahí, por obligar a los 81 procuradores, presidente incluido, a no abandonar su puesto de trabajo, ese que les reporta 220 euros por sesión a los que no llegan a los cien mil anuales. Dinerito, que diría Tudanca. No estaría de más que el jefe de sala, Carlos Pollán, aficionado como es a todo tipo de jura de banderas y demás menesteres castrenses, tomara nota en su próxima visita a la UME o a cualquier batallón para saber y conocer cómo se aplica la disciplina. Aunque la receta es fácil, el que se ausente no ingresa el dinerito, que diría Tudanca. Dicho lo cual, no se mueve ni uno del asiento en el próximo pleno, donde los miércoles parecen de vigilia matinal. Cortes de Castilla y León. Dinerito. Políticos subvencionados. La paguita. Dinerito, que diría Tudanca. ¡Ay, los BMWs patera de las Cortes! ¡Quién los pillara!