Unicaja, el banco de la propaganda
De acuerdo con UGT, y sin que sirva de precedente. Me refiero en concreto a la denuncia por «abandono y desprecio» hacia los clientes de Unicaja, contra el que el sindicato socialista acaba de manifestarse de manera inequívoca. Como usuario que soy de la entidad, sé de qué tela está hecho el percal, y también de qué forma se pastorea ahí a la clientela. ¿Cómo? Pues como a sardinas en lata que, con mal o buen año, cuatro caben en un banco. Es decir, como si el dinero fuera suyo, y el parroquiano una especie de pordiosero sin lengua, sin dientes y ni parientes.
El 3 de septiembre de 2021 –hace casi año y medio–, este servidor ya denunció aquí mismo la política clientelar y tercermundista del Banco. Lógicamente, no me hicieron ni caso, pues siguieron con la hipocresía habitual, explicada con pelos señales en un folleto de propaganda que es una tomadura de pelo: «Unicaja Banco MENOS ES MÁS Nuevo horario de caja de 8:30 a 11:30 MÁS FUNCIONALIDADES EN EL CAJERO y en los CANALES DIGITALES nos permiten modificar nuestro horario de caja, para dedicarte más tiempo». Qué jetas.
Si esta es la formulación oficial para aclarar ideas, el contacto directo con el personal funcionario o laboral no puede ser más decepcionante: un horario a rajatabla propio del vuelva usted mañana del siglo XIX, colas interminables que llegan hasta el Paseo Zorrilla despachadas por un único burócrata, y unas caras largas y sombrías como queriendo decirte lo que en el año de la polca ya echaba en cara el Marqués de Santillana a los malos banqueros: «a dineros tomados, brazos quebrados».
Total, que no sabemos si lo que quieren es cerrar el banco, como dice UGT, o simplemente quedarse con nuestro dinero por el artículo 33.