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JAVIER RAMÍREZ UTRILLA

El síndrome del empanao

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AUNQUE NO suene muy científico el “síndrome del empanao” es el término que empiezan a utilizar muchos profesionales de la psicología infantil y juvenil para referirse a una situación que cada vez se extiende más entre la población más joven. Todos hemos visto alguna vez un grupo de chavales en una terraza en torno a una mesa cada uno con su móvil y sin hablar entre ellos. Más allá de lo absurdo de la situación, el problema es que esta excesiva concentración en los dispositivos móviles afecta, entre otras cosas, a su capacidad de atención. Es cierto que habitualmente todas las generaciones tienden a pensar que las  generaciones siguientes son menos espabiladas, por decirlo de una manera suave, pero en esta ocasión puede que sea verdad.

Lo que resulta evidente es que el uso excesivo a determinadas edades de teléfonos y dispositivos móviles parece estar generando en muchos casos ciertos retrasos en el desarrollo cognitivo y en la capacidad de aprendizaje. Parece lógico que el desarrollo neuronal en pleno periodo de crecimiento puede verse afectado y ralentizado por un uso excesivo de pantallas, vídeos, juegos o redes sociales que poco estimulan la creatividad o la capacidad de atención. Por otra parte, en ocasiones los móviles en manos de chavales empieza a ser un peligro, no sólo por el atontamiento que provocan, sino por la evidente relación entre su uso  y el incremento de actitudes violentas como las que están siendo noticia últimamente. 

Es extraño que un tema tan preocupante para la inmensa mayoría de padres y profesores no haya salido aún en plena campaña preelectoral, no sólo por su importancia, sino porque su limitación puede ser un caramelo electoral para muchas familias que no saben cómo gestionar esta cuestión. En Italia el Gobierno de Meloni ya ha prohibido los móviles en los colegios para alivio de la mayor parte de padres y profesores y es raro que, aquí, sus homólogos de Vox, no hayan planteado aún alguna medida en esa línea. Prohibir no suele ser la solución a los problemas pero alguna medida hay que tomar ante una situación que se nos empieza a ir de las manos y que puede ser la causa de los, cada vez más frecuentes, casos de agresiones sexuales en grupo o palizas entre adolescentes.

Por muy inimputables que sean (manda huevos), algo habrá que hacer para que, con tanto video porno y violento, nuestros jóvenes no pasen directamente de empanaos a delincuentes.