Ante el reto demográfico, cualquier don no basta
ALGUNO ha debido pensar que en el caso de Soria y la fiscalidad diferenciada bien se puede aplicar el refrán de que al pobre cualquier don le basta. El martes se conocieron los primeros datos oficiales de lo que supone lo que en realidad son ayudas al funcionamiento de las empresas autorizadas por la Unión Europea, en este caso por estar en territorios escasamente poblados, con menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Las ayudas son para pymes, con el objetivo de que puedan reducir sus desventajas competitivas y así incentivar el crecimiento orgánico o la creación de nuevos proyectos. Los cálculos que en su día se hicieron en este periódico se han demostrado casi exactos. En el mes de enero, las ayudas a las pymes sorianas, que se aplican a través de reducciones de las cotizaciones a la Seguridad Social, han supuesto 22 euros por trabajador, es decir, que será de unos 300 euros por empleado fijo al año. Eso sí, la ayuda es mayor si es nueva contratación (el 15 frente al 5% de reducción en la cotización por contingencias comunes y el 20 en municipios de menos de 1.00 habitantes), así que seguramente aumente la media algo al finalizar el año. No es un don para que le baste a una tierra que tiene la situación demográfica que tiene, propia de los lugares más despoblados de Europa, en buena parte por la desatención de las administraciones en las inversiones, sobre todo en infraestructuras. Al ritmo de enero, el dinero que tendrá que destinar la Administración en esa herramienta de lucha contra la despoblación en Soria será de unos 6 millones de euros al año. Unos 22 en las tres provincias (Soria, Cuenca y Teruel) en las que Europa ha autorizado este tipo de ayudas. ¿De verdad eso es voluntad de luchar contra la despoblación en Soria, Cuenca y Teruel cuando la ayuda permitida por Europa en Soria podría rondar los 140 millones al año? ¿Tal vez es demasiado don para tan pocos votantes? Si la posibilidad de estas ayudas se hubiese producido en territorios con mayor capacidad política (piensen en los que quieran) no estaríamos tan lejos del máximo permitido de ayudas como ahora (el máximo es el 20% del coste laboral y lo que se está aplicando no llega al 1%). La parte positiva es que se ha abierto una vía y que el posible recorrido es muy largo. Lo de las protestas de otros territorios que se puedan sentir discriminados resulta incluso algo ofensivo para los sorianos pero, en cualquier caso, la norma, los límites territoriales y demográficos, es obra de Europa y la decisión de hasta dónde aprovecharla se decide en España. Y si las reticencias gubernamentales se deben a sus prejuicios a la hora de ayudar a los empresarios, que hagan los desarrollos reglamentarios para marcar y asegurar objetivos propios, que no son pocas las posibilidades. Cualquier cosa menos considerar el reto demográfico como una cuestión de pobres a los que contentar con cualquier don.