El embajador ante la OCDE y los cerdos en Soria
LA HOGUERA es una firma de embutidos que nació en 1986 en San Pedro Manrique, cabecera de las Tierras Altas de Soria, que incluye al ficticio Peñafría de la serie El Pueblo, en realidad un despoblado llamado Valdelavilla. San Pedro tenía 965 habitantes en 1950 y a partir de ahí, como muchos otros pueblos sorianos, empezó a perder población hasta caer a los 449 paisanos en 1991. El efecto de la empresa chacinera empezó a notarse desde ese año y la población comenzó a aumentar. 2022 se cerró con 643 vecinos. Para hacer sus productos, La Hoguera tiene cerdos, claro, con lo que se puede decir que este tipo de ganado ha contribuido a revertir el proceso de despoblación de dicho pueblo, aunque sin la industria transformadora el efecto habría sido muchísimo menor. Destacar este hecho ayudará a entender la declaración institucional, que requiere unanimidad, aprobada el jueves en la Diputación de Soria, que define al sector porcino como «estratégico», «clave» para el desarrollo rural y el asentamiento de población en los pueblos, aspecto ante el que las granjas de cerdos son un «incentivo». Si la Diputación ha salido en defensa del sector es por los ataques que están sufriendo los proyectos de creación de nuevas explotaciones ganaderas. En los pueblos se vive, sobre todo, de la agricultura y la ganadería pero también han aumentado las segundas residencias o incluso primeras, de gentes procedentes de la ciudad y muchos protestan por cosas que siempre han estado en el campo, desde la campana de una iglesia a un gallo cantarín pasando por una granja de cerdos. Sus protestas son legítimas, pero lo que debe prevalecer es la ley, el cumplimiento de la normativa existente, que también debe evolucionar para mejorar. Porque si no se puede producir una lucha desigual entre los ganaderos y agricultores de los pueblos y quienes llegan de la ciudad, más capaces de iniciar campañas, de aprovechar la estela ecologista y reclutar adhesiones. En Monteagudo de las Vicarías, con menos de 200 habitantes, Margarita de Asuar, comisaria de arte que tuvo cargo político en el ayuntamiento de Sevilla en la etapa de alcalde del socialista Juan Espadas, instaló allí un proyecto cultural potente, tras comprar dos casas, una de ellas relacionada con Leonor Izquierdo. Ahora lidera junto a su marido un movimiento contra la instalación de dos granjas de cerdos. Su marido, Manuel Escudero, es embajador de España ante la OCDE y hombre de confianza de Pedro Sánchez, como en su día lo fue de Josep Borrell. El enfrentamiento con el Ayuntamiento es duro y se ha roto la colaboración que existía en el ámbito cultural. Es el choque entre lo urbano, representado por el embajador ante la OCDE y su esposa, y lo rural, donde hay gente que vive de los cerdos y estos pueden llegar a obrar milagros como el de San Pedro Manrique. Allí no hay protestas conocidas por los cerdos.