Diario de Castilla y León

Félix Villalba

Rentabilidad del alma en los balances bancarios

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NO RECUERDO la fecha aunque sé que era en pesetas y a la vieja moneda española le quedaba todavía mucha vida. Lo que no olvidaré es la sorpresa que me llevé cuando en una oficina bancaria, al finalizar no sé qué operación, pedí un extracto y el empleado me recomendó que me fuera al cajero porque si me lo daba él me tenía que cargar en cuenta no sé cuántas pesetas. Entonces aún ni se podía imaginar lo que iba a ser la digitalización. De momento, los bancos nos empujaban hacia los cajeros, para que ante determinadas operaciones no diéramos la lata en las oficinas y así liberar de una parte del trabajo a sus empleados, primero, y liberar al banco, después, de una parte de sus empleados. Luego se fueron imponiendo horarios de atención dentro del horario de apertura del banco. También recuerdo el impacto que me causó cuando en una oficina casi vacía me dijeron que para ingresar no sé qué pago tenía que ir tal día de la semana entre tal y tal hora. Y lo malo es que también hace mucho que no queda otra que pasar por el banco hasta para pagar a la Administración Pública (no sé si existe ya el papel timbrado de pagos al Estado que se compraba en el estanco para pagar la matrícula del curso en el instituto). De esas obligaciones llega la tiranía bancaria y el trato desalmado al ciudadano que no le queda otra que ser cliente, porque no es posible ni guardar el dinero en el colchón, ya que lo que se pueda pagar en efectivo está limitado. Así que cuando uno oye a un banco hablar de alma pone especial atención. Esta semana, la Caja Rural de Soria hablaba de ello: «Digitalización sí, pero con alma». Lo decía porque va a mantener la libretas de ahorro físicas. A pesar de que todo es ya accesible por internet, no va a forzar a nadie a ser plenamente digital, y los mayores, o los jóvenes si quieran, de los pueblos o de las ciudades que atiende esa entidad, podrán seguir teniendo en la libreta de siempre sus operaciones impresas en tinta sobre el papel, como toda la vida. Vale que hay muchos que hoy no seríamos capaces de encontrar la libreta que nos dieron en su día al abrir la cuenta y que la banca online tiene muchas ventajas, pero los derechos de quienes quieren hacer las cosas de otra forma deben respetarse, más cuando se habla de clientes que en general siempre tiene razón, menos en muchos bancos y empresas similares. Así que cuando una entidad financiera habla de alma en la digitalización y de no provocar brechas, uno desea que haya traslado a la cuenta de resultados ya que hay alguien que da valor al alma entre tanto desalmado.

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