Diario de Castilla y León

EDITORIAL

Bloqueo ‘intencionado’ del Gobierno a la autovía entre Valladolid y León

Creado:

Actualizado:

LA HISTORIA de las infraestructuras del Estado en Castilla y León está cuajada de sinsabores y retrasos, pero también de situaciones esperpénticas. La ansiada comunicación entre Valladolid y León por autovía, la A-60,  es una de esas historias lamentables. Nadie en su sano juicio puede cuestionar la relevancia de la unión entre las dos importantes capitales castellanas y leonesas, a las que se puede ir en ferrocarril de alta velocidad pero no en automóvil por una vía rápida. Es cierto que el retraso es una constante en este tipo de obras en la Comunidad y no es que el enlace entre León y Valladolid sea un caso singular. Ahí está, sin ir más lejos, la Autovía del Duero, cuyas obras se iniciaron hace más de veinte años y que sigue sin tener un horizonte mínimamente claro sobre su finalización, con tramos que parecen vivir en el limbo.

La autovía entre Valladolid y León no está precisamente en el limbo, porque está sometida al más cruel de los castigos y no se sabe qué pecados debe purgar para poder dejar el infierno administrativo en el que está sumida. Uno de los trámites más costosos, sobre todo en tiempo, es el de la Declaración de Impacto Ambiental y en el caso de la  A-60 es sangrante lo que ha sucedido con esa tramitación y lo que continúa pasando, que deja bien evidente la voluntad de Gobierno de España de mantener bloqueado el proyecto. El Ejecutivo, tal y como desveló este periódico, dejó que caducar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), un caso evidente de desidia y de despilfarro de dinero público, que esas cosas no son gratuitas.

Ahora, el castigo continúa y es premeditado. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, liderado por Raquel Sánchez, y el de Transición y Reto Demográfico, encabezado por la vicepresidenta Teresa Ribera, se empeñan en utilizar triquiñuelas  con la DIA para seguir bloqueando el desarrollo de la infraestructura. El departamento de Ribera pide ahora información adicional a la Dirección General de Carreteras de Castilla y León. El objetivo no es otro que fingir un trabajo que no existe en una DIAque se dejó caducar. Una auténtica tomadura de pelo al ciudadano que ya tiene que soportar año tras año la inclusión de partidas testimoniales para la supuesta ejecución de esta autovía (también de tramos de la del Duero) que nunca se ejecutan y que se calcan tal cual para los presupuestos del siguiente ejercicio. Las infraestructuras pendientes en Castilla y León son asuntos muy serios para el futuro de la Comunidad y bloquearlas supone una grave irresponsabilidad política.

tracking