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SÓLO UNA letra separa dos actitudes tan distintas como determinantes en los próximos procesos electorales según hemos visto en los últimos días en Castilla y León. Con independencia del sainete de los presuntos protocolos pro vida el partido popular debería abordar en algún momento la cuestión de fondo sobre el aborto y definir claramente su posición para delimitarla con precisión de la de vox. De momento la Junta de Castilla y León ha decidido abortar con contundencia cualquier supuesta iniciativa, acuerdo o protocolo a cerca de la atención a las mujeres que deciden abortar pero se trata de una cuestión muy espinosa que le costó la carrera política a Ruiz-Gallardón y que supuso, en su día, uno de los principales motivos del nacimiento de vox.

Tampoco está ni mucho menos claro que todos los votantes del partido popular estén en contra de que se ofrezca a las mujeres embarazadas con intención de abortar radiografías en 4D o la posibilidad de escuchar el latido del gestado. El pasado fin de semana los propios Obispos de Castilla y León se pronunciaban sobre el asunto proponiendo abordar la cuestión de fondo del aborto con serenidad y sosiego. En concreto decían (en una expresión no muy afortunada teniendo en cuenta otros conflictos políticos de la coalición) con diálogo social. Es de suponer que no se referían a los agentes sociales.

Lo extraño es que la propuesta de medidas al respecto realizada por el Vicepresidente de la Junta de Castilla y León no la hizo en un calentón en una entrevista, en una refriega política en Las Cortes o en un canutazo improvisado, sino en la habitual rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, lo que ha alimentado todas las acusaciones sobre acuerdos o supuestos protocolos pactados.

Sería conveniente que, con la misma e inédita contundencia con la que el Presidente de la Junta dejó claro quién decide en el Gobierno regional y negó la existencia de cualquier iniciativa o protocolo al respecto, el partido popular en Castilla y León y en toda España dejara meridianamente clara su posición de fondo respecto al aborto. De este modo se evitaría la utilización política torticera que hace el PSOE sobre este tema aprovechando cualquier grieta para generar falsos relatos con intereses exclusivamente electorales. El empeño estratégico de los socialistas en identificar al PP con la extrema derecha y la necesidad de Vox de marcar su propio espacio político pueden generar una pinza contra el PP que convierta a Castilla y León en protagonista principal,  para lo mejor y para lo peor, de las próximas campañas. Y eso que aquí, de momento, seguimos sin autonómicas a la vista…