El triaje de candidatos
PUES se ha acabado el parto de los montes del Partido Popular de Castilla y León con el baile de candidatos a las capitales de provincia de la Comunidad. Un baile que más parecía un triaje de urgencias, políticas claro está. Éste ponlo en espera; esta otra, que guarde reposo; aquél de allí, que pase a rayos; ésta que se mantenga inmovilizada... Y es que eso, y no otra cosa, es lo que ha estado haciendo el PP castellano y leonés en casi todas las capitales, excepción hecha de Salamanca, por aquello de que ya tienen alcalde y no había que cambiar, y de Ávila, donde Alicia García siempre fue la única opción, pese a que ella hubiera preferido quedarse fuera del triaje.
Claro que para triajes, y de los gordos, los vividos en León y Valladolid, mucho más en la capital vallisoletana que en la leonesa, donde hace ya unas semanas se sabía que Margarita Torres era la elegida. ¿La mejor opción? ¿La menos mala? ¿La que más o menos lo merecía por lo hecho hasta ahora como concejala en sus ocho años en el Ayuntamiento leonés? Esta por ver. Hasta ahora su único mérito, y por eso la fichaba hace ocho años Antonio Silván, es su brillante investigación del Grial. ¿El resto? Pues eso, está por ver.
Todo lo contrario que el elegido para liderar la candidatura en Valladolid. En el caso de Jesús Julio Carnero poco o nada esta por ver en política porque su bagaje le precede. Sus capacidades de gestión están más que demostradas al frente de la Diputación de Valladolid y de las consejerías de Agricultura y de la Presidencia. Claro que el reto ahora es liderar una lista. Y está por ver cómo lo afronta porque eso es algo que Carnero no ha hecho nunca, ya que aunque el PP designa también a los candidatos a las diputaciones, éstos no se votan en urna.
Pero es que enfrente va a tener al hueso más duro de roer de todos los candidatos del PSOE en Castilla y León, Óscar Puente, a quien Génova y el PP castellano y leonés tienen puesto como el gran objetivo a batir. Contra esa presión va a tener que lidiar Carnero y está por ver, también, cómo la afronta. Sobre todo teniendo en cuenta que, además, contará con el hándicap de la errática, ineficaz e inexistente oposición que ha venido ejerciendo los últimos años el PP en el Ayuntamiento de Valladolid. Eso sí, aquí el triaje acertó y, en su caso, sí es el mejor candidato que podía tener el PP para Valladolid, y eso no lo discute ni Óscar Puente.