Diario de Castilla y León

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INESPERADO, sorpresivo, repentino, súbito, sorprendente, por más que los políticos, desde la ministra de Industria al alcalde de Valladolid, pasando por el presidente de la Junta, se enteraran casi en el tiempo de descuento, y, sobre todo, poco o nada explicado. Añádanle los sinónimos que quieran a la marcha del vallisoletano José Vicente de los Mozos de Renault.

Pero, a  todos ellos, súmenle varias preguntas. ¿De verdad 43 años, es decir toda una vida, dedicado a Renault se despacha en una simple nota de prensa? ¿De verdad, De los Mozos, su trabajo, su esfuerzo desde su puesto de aprendiz a los más altos de dirección de la multinacional del automóvil, no merecen más? Y lo que importa, más allá de cómo se haya comunicado: Y ahora, ¿qué? ¿Quién velará por las fabricas de Renault en Valladolid y Palencia cuando vengan mal dadas? Que vendrán, al tiempo. Todos éstos, y seguramente algunos más, son los interrogantes que deja la salida de José Vicente de los Mozos.

Y es que la suya no es una marcha más. De ahí que no se entienda que Renault le dé prácticamente el mismo tratamiento, una simple nota de prensa con una foto de careto, que cuando cambia a un director de fábrica o un directivo de segunda o tercera línea. Cierto que nadie es imprescindible y seguro que De los Mozos no lo es en el enorme engranaje del Grupo Renault. Pero donde sí resultaba del todo necesario es en su defensa de las fábricas de Castilla y León. Y no sólo de Renault, ahí está el último ejemplo de Nissan en Ávila, donde su intervención evitaba el cierre al que ya la tenían condenada otros directivos, aquellos que ni sienten, ni tienen el arraigo por esta tierra, por Castilla y León, demostrado por De los Mozos.

De ahí ese y ahora, ¿qué? Y más si se tiene en cuenta que la marcha el 15 de enero del todavía hoy presidente de Renault España llega en un  momento de cambios y de reestructuración total del Grupo Renault, que afecta directamente a sus fábricas de Valladolid y Palencia. Sin ir más lejos, sobre la mesa está el decidir dónde se ubica la sede social de Horse, la nueva empresa creada al 50% con los chinos de Geely. Lo suyo, lo lógico, lo sensato, lo adecuado, lo que dice la evidencia empresarial, dado el peso que tendrán las plantas de Motores y de I+D, es que se ubique en Valladolid. ¿Pero quién va a pelear por ello? ¿Los dos cargos que sustituyen a De los Mozos? Permítanme la misma duda que inunda a los sindicatos, que estos sí se enteraron por la prensa de la marcha del vallisoletano, y en los que desde el martes se ha instalado el canguelo.

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