Las conocidas declaraciones bumerán
¿Se habrá enterado ya el consejero de Industria y Empleo de que viene llegando una megaplanta de baterías a Castilla y León y se instalará en los aledaños urbanos de Valladolid? Que alguien le avise porque el día menos pensado se va a dar de morros con ella. El de Industria y Empleo nada sabía. Por lo visto ni a tocino si le untan. Vamos a ver cuando llegue, si llega, cómo se las arregla para decir que esto es fruto de su infatigable acción política de gobierno y de sus correligionarios. Un lapsus imperdonable. No porque no se haya enterado, según su propia y sincera confesión, sino porque se ha convertido en prescindible al departamento que pastorea. Siendo el de Industria y Empleo, que no tenga ni la más pajolera idea de que estaba fraguando la captura de una industria de dos mil empleos, que conocía todo hijo de vecino en la Junta y en lo que no es la Junta, no le deja nada bien parado a Mariano Veganzones. Conclusión:Hay que ser más templado y prudente a la hora de perpetrar las conocidas como declaraciones bumerán, esas que a los pocos días se te giran, como los artefactos australianos a los que deben su nombre, y te arremochan un estacazo en la frente que te dejan como al Rüdiger, pero sin la épica del testarazo en Champions. Es decir, si lo que sabemos es de combatir a cara de perro el comunismo que nos desborda desde La Cabrera hasta el Moncayo, dediquémonos al comunismo en vez de las arrojadizas declaraciones y así no se manca nadie. Bien podríamos asegurar no sólo que las industrias y los empleos llegan a Castilla y León sin el concurso de la consejería pertinente, si no que llegan gracias a su imprescindible ausencia. Hay que reconocer que esta de Veganzones es de las más gordas que se recuerdan desde los tiempos de los Reyes Católicos.