Portugal, nuestro aliando imprescindible y pertinente
Castilla y león vive pegada a Portugal tanto o más que Galicia. Sin embargo, históricamente, ha sido siempre nuestra comunidad vecina la que más ha impulsado la necesidad de emprender caminos comunes con las regiones limítrofes del país vecino.
Surcados por el mismo río que desde Soria hasta Oporto nos vertebra en común nunca hemos sido capaces de establecer proyectos duraderos más allá de acuerdos puntuales, visitas y acciones más de cara a la galería. Las fronteras en la Europa que compartimos son meras líneas imaginarias que cosen ambos territorios.
El que ayer sellaron el consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, y el presidente de la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional del Norte de Portugal, António Cunha, es un acuerdo pertinente de un aliando imprescindible. Acuerdo que sirve, o debe servir, para la acción política práctica y la real. La que llega a los ciudadanos en forma de servicios y gestión. Y eso empieza por la simplificación administrativa de trámites, pero debe recorrer el camino de las inquietudes comunes, como es el caso de los incendios forestales, con un plan común y conjunto, porque el fuego sí que no sabe de fronteras. Servicios, pero también ambiciones en dos territorios cosidos en medio de uno de los dramas que más azotan a ambos territorios, el de la despoblación.
Un acuerdo que tiene su continuidad hoy en Coimbra, como región centro del país vecino. Lo importante, siendo importante, no es la firma de estos dos protocolos, como en cualquier desarrollo normativo. Lo importante es desarrollar con acciones y concrecciones.
Nos une el Duero. Pero también nos unen la inquietud aterradora de la falta de oportunidades que azotan al Oeste. Y lo que nos debe unir más que todo es el desarrollo de proyectos y acciones encaminadas a revertir la situación. Nos debe unir la agricultura, el aprovechamiento forestal, el turismo y la posibilidad de una alternativa industiral al calor del impulso que debe tener el eje Atlántico y la Vía de la Plata, dos instrumentos imprescindibles para el impulso del Oeste, para el impulso de Castilla y León. Y mejor si es con un aliando como las regiones limítrofes de Portugal.
Esa común alianza debe pasar también por culminar de una vez por todas la continuidad de la Autovía del Duero con la proyección desde Zamora hasta Bragança, que lleva dos décadas apareciendo en nuestros presupuestos, pero no pasa de ahí. Las infraestructuras son vitales y fundamentales en el desarrollo de amplios territorios, que además están acechados por lo que ahora la política llama eufemísticamente reto demográfico y no es otra cosa que el exilio de la gente por falta de oportunidades.