Los guardianes del monte
NO ES ningún milagro. Es sentido común, pertenencia secular a una comunidad y puro instinto de supervivencia. El monte no se quema en Pinares porque Pinares es el monte. Lo describe mucho mejor que yo Antonio Carrillo en su excelente información titulada ¿Por qué no se quema Soria? publicada este fin de semana en estas mismas páginas. “Aquí la gente y el monte es uno. El monte no es del pueblo, es del vecino”, explica el alcalde de Vinuesa como lo podría haber hecho el de Duruelo, también en Soria, o los de Regumiel, Canicosa, Vilviestre o Quintanar en Burgos. Gente dura y emprendedora la de los Pinares que no duda un segundo en movilizarse para ir a echar una mano al pueblo de al lado cuando suena la campana de la iglesia porque saben que si no se apaga ese fuego, puede quemar también el monte de su pueblo. Todos a una. Lo vimos recientemente en un conato de incendio entre Duruelo y Covaleda, que se apagó en un visto y no visto con medio vecindario metido a bombero forestal. No siempre se puede hacer la machada de tirarse al monte con una pala y una escoba a apagar los matorrales, porque irse al fuego es jugarse la vida. En el incendio iniciado en Quintanilla del Coco, en Burgos, que casi se come la abadía de Silos, las llamas cabalgaron con tal rapidez a lomos del viento encajonado en el valle que de no ser por los medios aéreos no habría habido forma de pararlo. Los bomberos de tierra dieron todo lo que tenían para parar las llamas a la entrada de los pueblos y merecen un monumento por jugársela de esa forma, pero aquello estuvo cerca de convertirse en una tragedia personal y medio ambiental. Por eso es tan importante la prevención, porque por muy entregados y respetuosos con el monte que sean unos vecinos, por mucho arrojo que tengan para enfrentarse a las llamas o por muchos medios aéreos o valerosos profesionales que se desplieguen, el fuego siempre se lleva un precio. Lo hemos visto en Zamora y lo hemos temido en Burgos y Ávila. También en la sierra de Barbanza, en La Coruña, donde me atan lazos familiares. Prevención y gestión forestal profesional. Lo volveremos a repetir y seguirá quedando pendiente porque se olvidará como ya se ha olvidado la polémica del ministro de Consumo y sus ataques a la ganadería intensiva. El monte no se perpetúa con polémicas sino con gente como la de Pinares cuidando de él.