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JAVIER RAMÍREZ UTRILLA

Las ciertas incertidumbres

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EN PALABRAS literales de la Excelentísima y sonriente Vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díez, el Gobierno atisba ciertas incertidumbres económicas para el próximo otoño. No se sabe si las incertidumbres serán más o menos ciertas o inciertas pero lo que parece claro es que el Gobierno maneja datos que, pese al triunfalismo de su Presidente, aconsejan empezar a tirar de venda para las posibles heridas económicas postveraniegas. Lo que si parece cierto es que la entrada en recesión del mercado americano puede extenderse al continente europeo como consecuencia de diversos factores que parecen componer la tormenta económica perfecta: la prolongación de una guerra que se preveía inicialmente de corta duración y sus consecuencias en los mercados primarios y financieros; la previsible reducción y subida de precio de materias primas, gas, combustibles, energía y su impacto en la industria y en el consumo; la drástica caída del crecimiento previsto del PIB europeo; la dependencia energética, productiva y comercial de Rusia y China o el impacto financiero de la subida de tipos de interés dibujan un escenario que no invita al optimismo.

No obstante, es destacable un significativo cambio en el comportamiento de los indicadores económicos que no parecen responder como antes ni a los ciclos  ni a  las políticas económicas basadas en la ortodoxia económica más tradicional Es llamativo que todas las previsiones económicas surgidas a partir de la pandemia se han incumplido sistemáticamente. Frente a una previsible caída de la producción de la inversión y del empleo, la pandemia generó una bolsa de ahorro que nos ha situado como una de las economías con mayor crecimiento de la UE a causa de un PIB nacional dependiente fundamentalmente del consumo y del sector servicios. Frente a un crecimiento histórico de la inflación el mercado de trabajo responde con uno de los mejores datos de paro y afiliación a la seguridad social. Frente a una subida fulminante de los tipos de interés el consumo en ocio y turismo se dispara en una de las mejores temporadas turísticas con hoteles y restaurantes llenos en la mayor parte de España.

O esto ha cambiado mucho, o la gente se ha vuelto loca con la pandemia o nos la están colando con las estadísticas. Pronto lo veremos. De momento lo atribuiremos a las ciertas incertidumbres de la Vicepresidenta que se irán despejando a la vuelta del verano. Ahora toca disfrutar de las vacaciones y coger aire por lo que pueda venir. Y si la cosa se complica nos quitamos la corbata y todo arreglado.