La prioridad, el populismo
EL POPULISMO no algo nuevo, ni mucho menos, lo que ocurre es que hace tiempo que está en un proceso grave de expansión por todo el mundo con diferentes banderas, que van desde la izquierda radical a la extrema derecha. Ahora, en Castilla y León toca sufrir el populismo que encarna Vox, la extrema derecha conectada con la corriente europea en la que se identifica. Este partido ha llegado a la Junta de Castilla y León a través de la urnas, con plena legitimación democrática, la que otorgan votantes que han ejercido los derechos que les da la Constitución española y que merecen el mayor respeto. Lo que ocurre es que las políticas populistas, bajo la bandera que sea, suelen generar más problemas que soluciones. Uno de los casos más llamativos en Castilla y León está en el empeño de Vox de cargarse el Diálogo Social, en una operación iniciada claramente con un objetivo de apoyo a los correligionarios andaluces en las elecciones, en las que por cierto quedaron lejos de lo que esperaban y en las que ganó la moderación y la actitud integradora de Moreno Bonilla. Es curioso que ahora diga el consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, que los sindicatos quieren hablar primero de la subvención y no del resto de las políticas, cuando lo primero que se escuchó decir a Vox, a través del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, es que el primer objetivo de su partido en el diálogo social era reducir el dinero que reciben los sindicatos y la patronal y ya, después, que la concertación es muy importante y que no quieren acabar con ella. Ya, pero es que concertación social sin los agentes sociales y económicos no es posible, y lo que está consiguiendo Vox, de momento, es que los sindicatos ya no quieran sentarse en las mesas de algunas consejerías. Y no, no es porque quieran hablar lo primero de la subvención, es porque quieren que se cumplan los acuerdos alcanzados con la Junta mientras estén vigentes. Lamentablemente, en pleno siglo XXI, hay que recordar que las organizaciones sindicales y empresariales son fundamentales en el desarrollo democrático de la sociedad. Lo han sido históricamente y lo siguen siendo. Eso sí, para el populismo son un blanco facilón, pero una herramienta a la que al final todo el mundo recurre cuando lo necesita. Son algo mucho más eficaz e importante que el populismo que Vox ha colocado como prioridad en el diálogo social.