El peor punto de partida
YA SE sabe que los gobiernos acostumbran a lanzar globos sonda. Normalmente son propuestas que perjudican o molestan a los ciudadanos y cuando se produce la reacción airada de la sociedad, los miembros del ejecutivo de turno salen a desmentir enérgicamente la noticia y muchas veces uno se queda sorprendido de que cómo quienes han provocado la noticia reniegan de ella como si no tuvieran nada que ver. Es lo que ha pasado estos días con el mapa concesional de transporte regular de viajeros por autobús. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana remite un documento, «técnico», señalan después, con una propuesta inicial que provoca un revuelo más que justificado por el atentado que supone al mundo rural y a la España que más sufre el problema de la despoblación. En Castilla y León se resume en la eliminación de paradas de autobús en casi 350 municipios, lo que supondría que más de 200.000 castellanos y leoneses se quedaran sin una parada de bus a mano. Para llegar a esa propuesta se habrá encargado a unos técnicos que estudien la rentabilidad de los recorridos y habrán puesto un umbral de usuarios para considerar que no merece la pena que el autocar se detenga. Es posible que en un cruce de caminos de Castilla y León un autobús recoge como mucho a un viajero una vez a la semana y seguro que no tiene mucho sentido económico, pero cuando a ese viajero se le pone nombre y apellidos, la edad que tiene, se explica en qué pueblo vive y con cuántos vecinos, para qué coge el autobús e incluso se intenta explicar el porqué de su insistencia en vivir en el medio rural, las cosas cambian. Igual para los técnicos no, y su consejo sea que esa persona, con esa edad, es mejor que se vaya a vivir a una ciudad, que estará más cómoda y saldrá más barata. Pero los técnicos son técnicos y luego están las prioridades que se marca una sociedad, en muchas ocasiones a través de sus políticos. Y si resulta que se ha dicho hasta la saciedad que una de esas prioridades es luchar contra la despoblación en el mundo rural, mejorar los servicios para que la gente no tenga que marcharse, pues resulta casi insultante que una propuesta técnica como la de la supresión de tantas paradas de autobús pase cualquier filtro ministerial y llegue a una mesa. Y es normal que se ponga el grito en el cielo. Lo que se entiende menos es que encima se indignen quienes han permitido que ese documento pueda ser un punto de partida y que además hablen de bulos y de mentiras cuando el papel es tan auténtico como pésimo punto de partida para el diálogo.