Se te está poniendo cara de ex vicepresidente

CUENTA LA leyenda que en la noche electoral andaluza el vicepresidente de la Junta de aquí recibió la llamada de un tal Santiago. «¡Qué tal Juan, cómo andas!». «Pues sin parar, a destajo. Estamos deslomados. Aquí hace una calor y un comunismo que no hay quien pare. Fíjate que el de Industria y Empleo le han diagnosticado esguince de cerebro. Se dialoga por encima de nuestras posibilidades. Si hasta ha habido un fuego, por el comunismo, en un sitio de aquí, pero más ‘pa allá’, no sé bien, que no queremos interferir en competencias que no sean de anticomunismo, pero es una zona de vacas oriundas y personas autóctonas, creo, o así. Pero de eso se ocupa uno del PP, que va a salir chamuscado. El de Agricultura y Ganadería tiene tal susto que no asoma el hocico ni pa beber. No paramos. Esto del gobierno es un sinvivir. El otro día casi rompemos a sudar. Y con la calor y este comunismo que hace, ni a la calles se salimos. Le vamos pillando el tranquillo a esto del gobierno. Trabajamos como blancos, sin contemplaciones. Esto, un mes más, y lo domino». Y Santiago: «¿Ya sabes lo de Andalucía?, que Maca se queda sin hamaca». Y Juan: «Anda, pues eso sí que no me lo esperaba. Después del mitin que metí yo, que tembló el misterio, y el de la italiana esa tan simpática y con gesto agradable, la de los berridos fraternales. Vaya disgusto me das». Santiago, que dicen es un gran fisionomista político, se despide: «Juan, se te está poniendo cara de ex vicepresidente». Juan: «¡Qué cosas tienes!». Santiago: «Si es caso, no dejes de mirar el boletín a diario, de buena mañana. Hasta más ver, un abrazo al caballo». Y Juan, con desasosiego o desaso(siembro): «Otro para ti. Voy que tengo tajo y mañana madrugo. No sé para qué, pero madrugo». Andalucía, preludio de las autonómicas  que vendrán en mayo sus urnas a colgar. Como las óperas de Wagner.