Diario de Castilla y León

Ricardo Gª Ureta

Vox, el HUBU y la reversión

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NO SE HA olvidado el Partido Socialista de la votación ganada en las Cortes de Castilla y León el pasado octubre para dar curso a los trámites de reversión del Hospital Universitario de Burgos (HUBU). Lo tienen presente los socialistas de Burgos y aún más el líder autonómico, Luis Tudanca, que tiene entre ceja y ceja que en el hospital de su ciudad deje de aplicarse el modelo de gestión mixta actual por el que Sacyl gestiona toda la operativa médico sanitaria y una empresa concesionaria maneja la gestión de las cuestiones más prosaicas como la calefacción, que no falten las bombillas o que los jardines estén cuidados. En aquella votación 39 procuradores votaron en contra de la propuesta socialista.

Todos los del PP y Ciudadanos a excepción de la procuradora popular y alcaldesa de Aguilar de Campoo  María José Ortega que se equivocó al votar y se alineó involuntariamente con el PSOE y Unidas Podemos, ideológicamente empecinados en defender el argumento trampa de la Sanidad pública para el centro hospitalario burgalés. También votó con la izquierda la procuradora tránsfuga de Cs, María Montero, y se le sumó el representante de UPL, Luis Mariano Santos, que apareció por allí a meter cuchara en una votación que acabó escociendo mucho a los populares y sus socios naranjas. Lo llamativo, más aún hoy en día, es que junto con las izquierdas la procuradora de Vox, Fátima Pinacho, votó a favor de la reversión del HUBU comprometiendo ahora la posición política de su partido que comparte responsabilidades de gobierno con el PP.  

El nuevo líder de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo, tendrá que aclarar al presidente del Ejecutivo autonómico, del que es también vicepresidente, cuál es su postura sobre la reversión. Alfonso Fernández Mañueco deberá pedir explicaciones a García-Gallardo de si está con el PP, su socio de gobierno, o con Luis Tudanca y Podemos en este asunto, que es el primer mandamiento del programa electoral del socialista burgalés. Después de expresar su rechazo al estado de las autonomías desde su condición de vicepresidente de una de ellas, el joven abogado burgalés podría salir con cualquier argumento para mantenella y no enmendalla.

No sería la primera vez que Mañueco tuviera que convivir en su gobierno con un partido dispuesto a revertir la gestión no asistencial del HUBU y compensar, quién sabe con cuantos millones de euros, a la concesionaria porque Ciudadanos lo tuvo en su agenda y sólo esperaba a la resolución judicial para valorar lo que cuesta romper el contrato. Con Cs no dio tiempo a que este asunto incendiara (más) la convivencia en el seno del Gobierno autonómico, pero es más que posible que esta cuestión sí dé guerra esta legislatura. El PSOE se frotas las manos.

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