Cosas veredes, amigo Sancho
«HE VISTO COSAS que ustedes no creerían». La frase, extraída del memorable monólogo final del replicante Roy Batty (interpretado por Rutger Hauer) en la película Blade Runner de Ridley Scott, le ha servido al nuevo consejero de Industria, Comercio y Turismo de Castilla y León para incendiar las Cortes durante su puesta de largo. Toda una carta de presentación de Mariano Veganzones para advertir, con un programa de VOX en la mano derecha y la tijera en su izquierda, que se acabó la barra libre en el «ultra subvencionado» diálogo social con sindicatos (UGT y CC.OO.) y patronal (CEOE). Menos mal que, a petición de la oposición socialista, rápidamente aclaró que esas cosas que no hemos visto -estaría bien que alguien nos las mostrara alguna vez- y no creeríamos, no contemplan irregularidades, sino más bien ejemplos de una gestión ineficaz del dinero que sale del bolsillo de los castellanos y leoneses para financiar las actividades formativas que prestan unos y otros. El consejero apela al fin del «virus del comunismo» y la «globalización buenista» que lo ha impregnado todo y, al parecer, también las relaciones establecidas con los agentes sociales desde hace tres décadas por comunistas peligrosos como Juan José Lucas, Juan Vicente Herrera o Alfonso Fernández Mañueco. Cosas veredes, amigo Sancho.
En medio de tanta estrategia política de trazo grueso conviene alejarse de la interpretación de las formas para comprender el fondo. Y en el fondo se encuentran las llamadas Políticas Activas de Empleo, aquellas que deberían servir para derribar barreras entre el mercado laboral y quienes necesitan trabajo. En ese sentido, no debería escandalizar un cambio de rumbo cuando el dictamen de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) de principios de este año indica con claridad que los planes de empleo que anualmente pactan la Junta y los agentes sociales en el seno del Diálogo Social de Castilla y León «tienen un impacto modesto en la empleabilidad, que se diluye en el medio plazo y un efecto nulo en la calidad del empleo». Un informe de una voz autorizada que detalla aspectos como el impulso de «programas generalistas que buscan garantizar la ejecución de los fondos en lugar de la calidad y presentan solapamientos y escasa coordinación entre ellos».
Habrá que esperar para comprobar si la partitura esgrimida por el consejero Veganzones se traduce en algo más que eslóganes de partido, pero el problema existe y tiene la cara y ojos de los 127.269 desempleados que en la comunidad quieren trabajar y no pueden hacerlo. Eso, en verdad, lo vemos y creemos.