Diario de Castilla y León

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EL FUTURO es el tiempo posterior al presente, donde la mayoría de los pueblos participan en el desarrollo de lo que se encamina hacia épocas venideras. Y aquí la literatura juega un papel contrario, que a veces tergiversa los principios temporales que todos proyectamos, sobre todo, si de golpe releemos los versos de Jorge Manrique, cuando dijo: Cómo a nuestro parecer / Cualquiera tiempo pasado fue mejor… Eso podría hacernos pensar que el poeta de Paredes de Nava señaló, a primera vista, que el tiempo y los espacios son símbolos de añoranza y pesadumbre. Pero, al leer el conjunto del poema, nos damos cuenta de que quizá en el momento de escribirlo quiso decir lo contrario de lo que a veces se interpreta.

La profecía vive en un lugar ensimismado que avanza hacia el futuro para glorificarse a sí misma. Es la verdad larvada de un presentimiento o conjetura, incierto casi siempre, y lo llamamos mero vaticinio. Por eso adivinar el porvenir formula casi siempre lo inconcreto, lo que subsiste lleno de sospechas.

Pero el deseo reposa en el futuro. Imagina ofrecer nuevas y vertiginosas posibilidades ante el tiempo presente, que, en muchos de los casos, no es capaz de satisfacer algunos de los anhelos que nos parecen genuinos. La literatura, así todo, suele invadirnos de realidad e incluso nos evade ante procesos que están normalizados en la imaginación más profunda. La literatura es un laboratorio de futuro, porque en muchos de los casos y en muchas de las obras publicadas -piensen en Julio Verne- propone inexistencias que un día existirán. Y no es ejercicio insípido y vacío, solo es un prorrateo que anticipa acontecimientos difusos que habrán de suceder después de muchos años, o incluso, después de muchos siglos. Pero sé que futuro es esperanza, es traslación rotunda de un deseo, desapego al pasado anclado en el pasado que no ha de regresar. El futuro es presente vanidoso…

El poeta José Hierro también se anotó a sí mismo en el soneto ‘Vida’, en los versos que muestran los abismos que siempre han de llegar: Después de todo, todo ha sido nada / a pesar de que un día lo fue todo… La poesía y la vida van en paralelo. Enseñan a remar en los rigores del tiempo que no existe todavía. Hasta aquí quería llegar, para introducir escuetamente lo que voy a contaros: la predicción política que en Castilla y León ha enunciado el profeta Tudanca, asistido, ratificado y revalidado por otros grupos de la oposición, recrea vaticinios y hecatombes que amontonan sus propias fantasías, porque piensa que él es la democracia, que solamente en él se encarna la esencia viva y plena de lo que debería de ser. Y, sin embargo, la mayoría de los electores de esta comunidad pensaron y decidieron otra cosa. Todas sus profecías eran vanas, hueras e insustanciales, por eso creo y seguiré creyendo, que a través de las urnas se ha vuelto a apuntalar la democracia.

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