Diario de Castilla y León

Ricardo Gª Ureta

Los que sí cuidan el medio ambiente

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LOS MODÉLICOS bosques de la comarca de Pinares, además de la mayor y mejor conservada mancha verde que tenemos, resulta que ahora son una bendición contra la contaminación y el cambio climático. Como si esto no fuera más que evidente desde hace casi un milenio, que fue cuando se pobló mi pueblo, ha tenido que dedicarse un tiempo en el Senado a ratificarlo y ponerlo en valor, como se dice ahora. Ese valor, si hay un poco de suerte, podría traducirse en medidas de apoyo a las zonas forestales que permitan impulsar su función en la lucha contra el cambio climático y contra la despoblación. Así se ha aprobado en una moción debatida y aprobada, por todos los grupos excepto Vox, en la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico del Senado. Incluso se habla de «estudiar el establecimiento de ayudas económicas para los propietarios de bosques que cuenten con especies que absorben carbono». En mi pueblo y en la mayoría de la comarca de Pinares, los montes son del  pueblo, de sus vecinos que son los propietarios de cada pino y de cada retoño, con lo que entiendo que si se arbitran compensaciones económicas del Estado tendrían que acabar en manos de los vecinos, que son los que generación tras generación han sabido cuidar el monte para que haya llegado hasta nuestros días en las impecables condiciones de conservación que hoy presentan. Es más, la comarca de Pinares es un ejemplo de convivencia entre la actividad humana con respeto al medio ambiente, la conservación del entorno natural y la responsabilidad con las siguientes generaciones. Eso vale más que el dinero, pero no estaría de más que recibieran una mínima parte de lo que rascan otros territorios españoles de forma inmerecida o de lo que se despilfarra en chiringuitos presuntamente medio ambientales y manifiestamente sectarios. Los 14.000 habitantes que viven en los 23 municipios extendidos en 1.200 kilómetros cuadrados de pinar en las sierras de la Demanda y Urbión, a los que se sumarían los vecinos del otro lado de los montes en la vecina La Rioja, son también resistentes en una de las zonas más despobladas de España y sin embargo, prosperan en pueblos pujantes y emprendedores. Otro ejemplo más del valor de esta tierra y sus gentes pero las cada vez mayores dificultades de vida con las que se encuentran amenazan con devolverles a los años en blanco y negro en los que el monte proveía y daba vida. Hoy se cierran sucursales bancarias en la comarca, ya lo hemos visto la semana pasada, como si no tuviera futuro. Menos mal que el Senado se acuerda de ellos. Qué sea para bien, como dicen en mi pueblo.

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