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JAVIER RAMÍREZ UTRILLA

Y también el meteorito

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YA ES LO único que nos falta. Volcanes, pandemias, incendios…y ahora una guerra en Europa. Cuando pensábamos que la palabra guerra estaba ya descatalogada de nuestras vidas más allá de su uso metafórico, la invasión de Ucrania nos sitúa ante una nueva  realidad que creíamos superada. Cuando creíamos que la normalidad prepandémica empezaba a hacerse realidad aparecen viejos fantasmas bélicos en Europa. Y cuando todo apuntaba a una recuperación económica que devolviera la tranquilidad a familias, ciudadanos y empresarios de los diferentes sectores, nos cae un nuevo jarro de agua fría en forma de ambición militar imperialista que abre un nuevo tiempo de incertidumbre económica y geopolítica. De momento los mercados dan por amortizada una guerra que prevén corta pero todo es cuestión de tiempos. Nuestra realidad social y económica se basa única y exclusivamente en previsiones y si estas fallan por un escenario de incertidumbre todo el sistema económico y financiero se tambalea.

Los tiempos lo son todo. Y ahí es donde hay un enorme desequilibrio en este conflicto. Bombas contra sanciones; misiles contra Resoluciones Internacionales; tanques contra Conferencias. Mientras occidente se mueve en el medio y largo plazo, Rusia bombardea territorio Ucraniano. Está claro que manejamos tiempos diferentes.

El manejo de los tiempos se ha revelado también como una pieza clave en la otra “guerra” metafórica desatada en la política de nuestro país. Nada comparable con la situación internacional, pero el empeño de los “barones” del PP en una resolución rápida del conflicto Ayuso-Casado no es casualidad. Saben de sobra que en política los tiempos son fundamentales y el aplazamiento de la dimisión de Casado hasta el Congreso extraordinario abre un nuevo escenario con muchas incertidumbres. 

En política hay cosas que o se resuelven rápido o no se resuelven.  Que nadie piense que la llegada de Feijoo a la presidencia del PP soluciona el problema de fondo de dos maneras muy diferentes de entender la política dentro del partido. De cómo evolucione ahora la investigación política y, en su caso, judicial de las facturas del hermano de Ayuso dependerá en gran medida el desenlace de este melodrama en el que, no se nos olvide, por primera vez Ayuso ha abandonado su habitual papel de “víctima” que tanto réditos y simpatías le ha granjeado.

En este contexto, y hablando de tiempos, ya puede darse prisa el PP de Castilla y León en formar Gobierno por lo que pueda pasar… Las coaliciones las carga el diablo.