Todo está en el aire tras el 13F
A TORO pasado de las votaciones del 13F cabe reconocer a Alfonso Fernández Mañueco dos aciertos en la primera etapa de este vuelco a la política autonómica. Primero por convocar las elecciones anticipadas si tenía la certeza de que se fraguaba un movimiento para descabalgarle de la Presidencia, porque con el adelanto electoral ha dinamitado las expectativas de sus antagonistas Francisco Igea y Luis Tudanca. Al final, la victoria por la mínima del PP no es tan pírrica si lo que pretendía el líder popular era arrebatarles la posibilidad de ponerse al timón de la política autonómica. Mañueco sigue teniendo la sarten por el mango tras las elecciones mientras que PSOE y Cs carecen de opciones de gobernar. Si esto es lo que quería Mañueco, lo ha logrado. El líder de los populares, además, conserva la iniciativa en la arena política. La puso en juego adelantando los comicios por primera vez en Castilla y León y sigue en sus manos tras la votación. El segundo acierto estuvo en centrar el arranque de la campaña en el campo, la ganadería y la agricultura, porque es el el medio rural donde el PP ha salvaguardado su voto. Bien es cierto que Vox también se aprovecha de haber levantado esa bandera, pero el aspirante popular a presidir la Junta le ha estrechado ese espacio a los partidos localistas. Mañueco podrá decir que representa al campo tanto como cualquier otro candidato y sacar sus resultados electorales para ratificarlo. A mayores, esa victoria en el medio rural en provincias como Burgos es la punta de lanza para plantear las municipales del año que viene con más cabeza y menos prisas, tomando como base el voto rural. Pero lo que es una ventaja por un lado es un problema por otro. La manta electoral es corta y no le quita al PP el frío que siente en relación con el voto urbano. En Burgos, el PSOE no sólo preserva la hegemonía en Burgos capital y Miranda, donde gobierna, sino que también la conquista en Aranda de Duero, donde había ganado hasta ahora el PP. Otro tanto ocurre en Valladolid y León. Mañueco tiene mucho trabajo por delante si quiere que el PP vuelva a presentarse a unas elecciones sin entrar al borde del infarto. Pero hasta que llegue ese momento, lo primero, no obstante, es cómo gestionar el apoyo de Vox para la investidura o el gobierno sin fortalecerles más aún. La clave está en la sede nacional del PP. Santiago Abascal elogió el lunes en EsRadio la prudencia y la moderación de Mañueco tras las elecciones mientras desde Génova se levantan muros que a Mañueco le pondrán más difícil llegar a un acuerdo. Bien lo sabe Feijóo que ha pedido que el salmantino tenga las manos libres para negociar. Y así debe ser, para que Mañueco negocie pensando en Castilla y León, no en las aspiraciones de Pablo Casado para llegar a la Moncloa. Todo está en el aire.