Diario de Castilla y León

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CONDICIONES ROMPEN LEYES, eso lo dijo Cervantes en la Novela de La Gitanilla y yo me apresuro a recordar en voz alta, que los que ahora gobiernan los destinos de este país, están profusamente enmarañados en la amalgama henchida de parcas condiciones que también rompen leyes cuando sistematizan los decretos que ahogan el Poder Legislativo, como si fueran pliegos que improvisan mil modos de quebrar la vieja España, la España que es de todos. Lo hacen poco a poco, para que al darnos cuenta del desastre esté tan aturdida que no tenga remedio ni remiendo. Los que quiebran España nutren el parlamento, porque son parte de él, el pueblo soberano ha decidido. Y ahora preconizan un devenir absurdo de Torres de Babel, para asestar el golpe más certero a nuestra democracia. Por eso yo no creo y no he creído nunca, como tampoco creyó la protagonista de la novela, en esos juramentos siempre vanos que enuncian los cautivos, que ansían obtener la libertad.

Tampoco creo en los augurios que propone el presidente del Gobierno para seguir gobernando; ya que nunca se cumplen y me remito al foco de todas las secuencias engañosas que siempre relataba antes de aquel abrazo con Iglesias: dormir o no dormir, he ahí la cuestión. Hoy lo pienso mejor, con más sosiego, porque releí la novela de Cervantes, en la que nos dice Preciosa que tampoco creía en las promesas que ofrecen los amantes que incumplen lo que anuncian sus deseos… Son así las promesas de un presidente de Gobierno que se ha estancado en un cenagal de partidos que han resuelto aturdir el Estado, y por eso confiscan los agravios que encandilan a todos los que siguen escuchando, cargados de esperanza y no ven la ficción en las ofrendas que no se han de cumplir.

¿La Política es eso? Ya nos lo dice Sánchez en sus actos. Sus actos vanidosos prometen y prometen pensando en imponer todas sus NADAS. Y si no, que se lo pregunten a los afectados por el volcán de la Isla de la Palma ¿Qué es lo que han recibido? O a los que han sufrido los desbordamientos del Ebro, o a todos los que no pueden hacer frente a los recibos que se escriben con los números rojos. El presidente es responsable de lo que lo que está ocurriendo, porque sus decisiones ya nos han abocado a lo que somos y a aquello que seremos. Es el gran abogado de oficio de lo verde, de la naturaleza limpia y pura, sin gases con efecto invernadero… Así se ha consumado su premisa, a pesar de que muchos de nosotros sentiremos más frío en el invierno, pero les da lo mismo, lo importante es su Falcon, sus veintidós y pico ministerios…

Ya no hay gentileshombres que manifiesten tanta gallardía. Tampoco hay libertad desenfada a punto de matar y de matarse en la gran pesadumbre de los celos. La literatura del Siglo de Oro aporta sensatez a este alboroto que ya avanzado el siglo XXI nos regala el vacío y sus consuelos. Tu alma ya no es libre. Lo dicen los que enuncian las señales que siempre vaticinan lo incorrecto. Por eso sé que España es diferente.

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