Diario de Castilla y León

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DE la rosa solo queda el nombre desnudo. Con este verso, en latín, termina Umberto Eco su novela El nombre de la rosa, un obra de misterio e intriga, que es el mismo camino que lleva el culebrón de Aleia Roses, que producía unas rosas y de las que solo queda el nombre de la calle, Avenida de la rosa, de la localidad soriana de Garray, donde se ubican los invernaderos. La compañía se convirtió en un referente en Soria, con unos modernos invernaderos para la producción de flores con mano de obra intensiva, un posible ejemplo para atacar el reto demográfico. La empresa acabó en concurso debido a la huida de unos inversores y la falta de tiempo, debido a las deudas, para encontrar una nueva fuente de financiación. El carácter novelesco se empezó a cuajar en el concurso, con sorpresivo cambio de administrador concursal, venta a un miembro de la familia Botín y marcha atrás, hasta que quedó en manos de un fondo de inversión estadounidense dedicado sobre todo a financiar proyectos de plantación de marihuana para uso medicinal, o lúdico y recreativo dependiendo de la legislación del lugar en que se ubique la plantación. Las dudas sobre la posibilidad de que los americanos cumplieran el compromiso de mantener los casi 270 puestos, como se comprometieron en la oferta ante el administrador concursal, cultivando solo cannabis surgieron pronto, y más cuando decidieron arrancar unas rosas que no supieron aprovechar en un momento dulce del mercado. Ahora quieren despedir a 151 trabajadores de los 190 que están en ERTE, con lo que, junto a los que están al margen de la regulación temporal, quedarán unos 70 empleos. Igual que en El nombre de la rosa había líos entre los monjes, en la nueva Aleia, Ondara, se han peleado los socios y en octubre se despidió a dos administradores para que el norteamericano David Engel se quedara él solo al frente. Por medio, la sociedad que tiene el 100% de las acciones ahora es otra, también americana y también de David Engel, que además vendió los invernaderos a otra compañía de Estados Unidos, también de Engel. Para seguir emulando a la novela, solo faltaba el crimen y ya se ha denunciado, alzamiento de bienes y administración desleal, con otro norteamericano, George Campbell, como demandante, administrador hasta octubre. La trama está interesante, pero lo malo es el carácter trágico de los 151 trabajadores bajo la espada de Damocles. Habrá que ver cómo acaba, de momento parece el rosario de la aurora, que rosario viene del latín rosarium, rosaleda.

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