Diario de Castilla y León

ANDRÉS CALAVIA

Su ceguera

La Era Alta de Miami

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LOS partidos políticos van tan a lo suyo, están tan cegados por sus siglas y por sus intereses, que ni siquiera son capaces de entender las razones por las que las plataformas que luchan por la supervivencia de la España vaciada han decidido presentarse a las elecciones. O, lo que es peor, las entienden, pero no dudan en hacer lo que mejor saben, mentir, para negar la realidad. Salvo dignas excepciones, buena parte de los representantes de partidos políticos al uso se han lanzado a degüello contra estos colectivos. Al fin y al cabo, amenazan lo más sagrado para ellos, los privilegios de su partidocracia.

¿Realmente son incapaces de entender que ellos son los únicos culpables de esta situación? ¿No comprenden que, después de tantos años de desidia y de mentiras, de esperar con mucha paciencia para ver resultados, a esta gente no le queda otra que dar un paso adelante? Claro que no es lo deseable, por supuesto. Si quienes representan a los partidos políticos hubiesen hecho su trabajo, que no es otro que defender a los ciudadanos, y por el que cobran mucho y bien, no habríamos llegado a esta situación tan rocambolesca, en la que el pueblo debe organizarse para defender sus derechos frente a los partidos y las personas que habían designado previamente para hacerlo.

¿De verdad pensaban que tantas mentiras acumuladas, que el ‘y tú más’, que tantas y tantas faltas de respeto hacia los ciudadanos no iban a tener sus consecuencias en algún momento? Ya las tuvieron con la aparición de los populismos de izquierdas y derechas hace pocos años. También los partidos de siempre son los culpables de aquello, por supuesto, con su corrupción generalizada y su desprecio hacia los votantes. Ahora es la España vaciada la que ha dicho basta y la que ha decidido jugar su partida. Y a lo mejor las cosas salen mal, pero sin duda había que intentarlo. ¿Qué queda si no? ¿Que los partidos rompan la inercia de decenas de años haciendo las cosas a su manera, con el foco puesto en sus intereses? No creo en ellos.

Defender lo indefendible, anteponer las siglas ante lo que es bueno para una provincia, como lo que está ocurriendo ahora con la fiscalidad diferenciada o la situación sanitaria en Soria, por poner solo un ejemplo, tiene que tener su coste, claro. La gente está harta. Es comprensible que al ver que los valiosísimos votos de los nacionalistas han servido para sacar buenos réditos para sus territorios, llámenle chantaje si quieren, con todos y cada uno de los gobiernos que han existido en este país, esas provincias tan dejadas de la mano de dios quieran ahora, en su desesperación, hacer lo mismo. ¿Que eso puede llevar a hacer ingobernable, aún más, el parlamento español? Pues quizá. Pero la culpa no será de los colectivos de la España vaciada.

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