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EL CAMBIO nos trae de coronilla y por eso se reúnen y vuelven a reunir los representantes de algunos de los estados más poderosos de La Tierra. Desean establecer los protocolos dirigidos a tutelar el caos que nos acecha. No sé si seremos capaces de utilizar con acierto los combustibles fósiles que han hecho posible lo que somos. Pero, dejar todo eso de lado ofrece dificultades, ya, que de momento, este ser humano prepotente, dominador y poderoso no es capaz de imaginar las soluciones. Los políticos que han gobernado durante las últimas décadas, a lo largo y ancho de este mundo, no han estado a la altura deseada. Se han dedicado a sus asuntos electorales y a cuestiones menores, pero nunca han cogido el toro por los cuernos. Y lo peor de todo, es que España, nuestra querida España, es un grano de arena en el vasto desierto planetario y nuestro gobierno actual nos obliga a ser paganos del infortunio. China, Rusia, La India y otros abigarrados estados, no quieren saber nada de las medidas planteadas. En parte, tienen razón, cuando dicen que los ya industrializados consiguieron hacerlo a través del consumo de esas energías que ahora censuramos. Les apetece ser como nosotros y no tienen más remedio que seguir consumiendo carbón en sus numerosísimas centrales térmicas, a pesar de que el Protocolo de Kioto, en la década de los 90, vislumbró lo que iba a suceder: no puso el énfasis necesario, ni fue capaz de persuadir a los países en vías de desarrollo. Pero, en realidad, todas las energías contaminan, unas más que otras, pero todas contaminan. Eso quiere decir que NO nos sale gratis, en términos climáticos, ninguna de las soluciones propuestas por los ‘expertos’.

Me hace gracia que el mundo ¿civilizado? del siglo XXI se haya atascado al mismo tiempo que viajamos a Marte y presumimos de ir a Marte; cuando no somos capaces de solucionar los problemas de un planeta habitado por el hombre ya hace cientos de miles de años. Es insólito que estemos dándole vueltas a la peonza de la desconfianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades. Ya habíamos superado los inviernos más fríos, con el invento prodigioso de una calefacción que contamina y ya no sirve ‘pa’ nada… Somos majaderos, Inútiles, imprevisores, descuidados y muchas otras cosas que no está bien que cite en una página que se lee los domingos. Sánchez y otros políticos reunidos del G-20 viajan en ‘Falcon’ y eso sí que contamina. Formulan compromisos ambiciosos que no van a cumplir y ellos lo saben. Pero siguen confabulándose para demoler nuestras térmicas, para ofrecernos un panorama desolador y anunciador de que a partir de ahora las pasaremos putas. Seguiremos estando a merced de los altísimos precios de los combustibles fósiles y de sus impuestos abusivos. El petróleo continúa y el carbón desaparece ¡Incógnito dilema! Pero este mundo ha de seguir debatiéndose en los GRANDES intereses económicos.