Diario de Castilla y León

JAVIER RAMÍREZ UTRILLA

Bilateralidad económica

EL COMÚN DE LOS MORTALES

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CON LA MANDANGA esta del ‘procés’ en Cataluña de momento ya han conseguido una reivindicación histórica absolutamente discriminatoria para el resto de Comunidades Autónomas como es la relación bilateral completamente al margen de los cauces ordinarios de colaboración territorial. Una bilateralidad que, más allá de las pretensiones secesionistas, esconde una estrecha colaboración económica, con los fondos europeos en juego, para conseguir el principal objetivo de este nuevo ‘procés económico’: Ganar tiempo hasta las próximas elecciones con el menor desgaste posible. Por eso no hay plazos, ni orden del día, ni hoja de ruta, ni propuestas concretas ‘ni na de na’. Unicamente dialogar por dialogar y ‘tirar pa alante’.

Y entretanto se permiten el lujo de rechazar o, al menos, cuestionar la conveniencia de una inversión de 1.700 millones de euros que, más allá de los lícitos argumentos medioambientales, supone un agravio económico a otros territorios con muchas más necesidades de inversión. Sin ánimo de frivolizar imagínense lo que se podría hacer en Castilla y León con 1.700 millones de euros a la hora de atender reivindicaciones históricas, necesidades urgentes de inversión o plantear soluciones a los problemas de nuestros ciudadanos en cuanto a sanidad, despoblación, infraestructuras, desarrollo rural…

Aquí para conseguir que nos devuelvan los 180 millones de euros del IVA de 2017 adeudado por el Estado hemos tenido que recurrir a los Tribunales y ya veremos. El Presidente de la Junta reclama la necesaria compensación de los gastos extraordinarios generados por la pandemia a través de un Fondo Covid para 2022 sin obtener una respuesta concreta. Por no hablar de la N-122, de la necesidad de plazas MIR, del Corredor Atlántico del Noroeste o de la línea ferroviaria Burgos-Aranda-Madrid entre otras infinitas reivindicaciones históricas en Castilla y León.

Está claro que los cauces ordinarios de colaboración institucional no funcionan y es necesaria la colaboración bilateral para conseguir en poco tiempo lo que aquí llevamos años reivindicando. El problema es que si premiamos el independentismo con la bilateralidad es inevitable que aparezcan anhelos independentistas en otros territorios más pronto que tarde. Quizá la solución es plantear referéndums de independencia también en Castilla y León. O ya puestos, en el Reino de León, en la provincia de Segovia o en la Comarca del Bierzo. Razones históricas no nos faltan. Igual así conseguimos más inversiones o, al menos, dejamos en evidencia lo ridículo del independentismo catalán. Ridículo pero rentable. Dame pan… 

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