Los seiscientos de Soria
El actual secretario general de los socialistas de Soria, Luis Rey, oficializó ayer su precandidatura para el congreso provincial del partido. No hay más candidatos, con lo que el 18 de diciembre será el inicio oficial de su segundo mandato tras relevar en la dirección de la formación a Carlos Martínez Mínguez, el alcalde de la capital, cuyas mayorías absolutas en el consistorio le otorgan un relevancia incuestionable en el PSOE soriano que, inevitablemente, hace sombra a Rey, aunque siempre han formado un tándem sin fisuras visibles pese a la dificultad que puede presuponerse en una situación en la que el jefe del partido es subordinado del poderoso alcalde en el Ayuntamiento. Lo importante es que los socialistas se preparan para afrontar el último tramo de la legislatura como un partido unido, dejando de lado el ruido interno que había en otros tiempos, algunas veces ensordecedor. Así que su objetivo es mantener el engranaje engrasado para revalidar el poder en la capital y el resto de los municipios e intentar volver a ser el partido mayoritario en la Diputación, aunque no les sirviera para gobernar. Pero las dificultades parece que van a ser mayores que en las de las pasadas elecciones, donde a su izquierda Podemos no representaba un gran problema y a la derecha había una división evidente, con antiguos miembros del PP en un sólida Plataforma del Pueblo Soriano (PPSO) quitando votos a los populares y un Ciudadanos todavía capaz de restar y obtener un par de concejales en la capital y representación en algunos otros municipios para rascar un representante en Diputación. El problema para los socialistas es que el PP llega al congreso provincial, por primera vez en mucho tiempo, con posibilidad de reforzarse, al contrario de lo sucedido hasta ahora, donde cada cita congresual era una nueva herida. Benito Serrano será presidente del PP a final de mes con una candidatura que ha sido capaz de aglutinar a todo el partido. Arrancará así una nueva era en el PP cuya principal oportunidad es la reunificación del centro derecha, con los integrantes de la PPSO dispuestos a retornar al PP de la mano de Serrano. El mapa político puede cambiar en Soria como consecuencia de ese congreso popular, para el que se tienen que elegir, ni más ni menos, que 600 compromisarios, cuando la afiliación del partido está en torno a las 1.000 personas. Conseguirlos es un primer reto para Serrano, porque esta semana todavía había circunscripciones con un par de candidatos solo para más de una veintena de representantes a elegir. Pero tampoco es difícil, solo hay que poner a trabajar la estructura de la formación.