Crítica turísitca
SEGÚN LOS ÚLTIMOS datos turísticos publicados por el INE Castilla y León vuelve a la senda del crecimiento aunque sea por debajo de la media nacional. Una magnífica noticia que no ha impedido la crítica política por la gestión turística en base a la pérdida del liderazgo nacional del turismo rural en cuanto a pernoctaciones, el grado de ocupación de nuestros alojamientos y, fundamentalmente, la estancia media de nuestros turistas. En el ámbito hotelero, aunque es cierto que el crecimiento experimentado se sitúa muy por debajo del conjunto de España, no debemos obsesionarnos con el dato de la estancia media en nuestra región pues se trata de un indicador bastante irrelevante en términos de rentabilidad turística del sector. Resulta mucho más importante la evolución de las pernoctaciones y, fundamentalmente, el grado de ocupación de nuestros alojamientos. Bastaría pedir a cualquier hotelero que eligiera entre estas dos opciones: Tener ocupada lo largo de una semana una habitación los siete días por personas diferentes cada noche; o tenerla ocupada cuatro días por la misma persona. Sin duda elegirá la primera opción pese a que en este caso la estancia media sería de un día frente a los cuatro días de la segunda opción.
Por tanto no tienen mucho sentido las críticas turísticas basadas en un indicador que, por otra parte, se obtiene como un efecto estadístico que depende, en gran medida, del número de plazas hoteleras de manera que si las plazas hoteleras aumentan por el incremento de la demanda turística, lo cual es una buena noticia, automáticamente la estancia media hotelera baja. Además es frecuente confundir el concepto de estancia media con el de duración del viaje. En Castilla y León es relativamente frecuente que un turista pase (por poner un ejemplo) dos días en Salamanca, dos días en Valladolid y otros dos días en Segovia de manera que la estancia media hotelera sería de dos días pero la duración del viaje en nuestra Comunidad de seis.
Debemos preocuparnos más, por tanto, por otros indicadores turísticos que son fundamentales para destinos que basan su desarrollo en la calidad de su oferta y que impactan de manera mucho más determinante en la rentabilidad del sector. Más allá del volumen de turistas, datos relativos al índice de precios hoteleros (IPH), la facturación media por habitación (ADR) o el ingreso por habitación disponible (REVPAR) son, junto con el grado de ocupación, fundamentales para la rentabilidad turística de cualquier destino. Se trata de indicadores sobre los que deben redoblarse esfuerzos para llegar a los mismos niveles que el resto de España consolidando nuestra región como referencia de calidad turística.