Nuevo récord en El Burgo
EL CULEBRÓN de El Burgo de Osma llegó a su fin tras más de media legislatura con capítulos disparatados. Con nuevo alcalde, Antonio Pardo, que ya estuvo dos décadas al frente del consistorio de la villa episcopal, se ha configurado un equipo de gobierno en el que la estabilidad es la mayor novedad y quizá lo más deseado tras una etapa de convulsión. En el desenlace hay dos claros perdedores, el PSOE, sobre todo, que se ha quedado compuesto y sin novia. La operación de El Burgo no le sirvió para conseguir la Diputación, como quería, a través de la abstención del PP, porque Génova dio un tirón de orejas a la dirección de los populares sorianos, y ni siquiera ha logrado, como se había pactado, que su candidato, Martín Navas, fuera alcalde la segunda parte de la legislatura. Otro perdedor es Miguel Cobo, el que fuera cabeza de lista del PP. Se ha quedado sin el bastón de mando y sin partido, ya que para mantener el pacto con el PSOE y así desoír a la dirección que le pedía hacer alcalde a Pardo (bien es cierto que algunos con la boca pequeña) tuvo que abandonar el PP cinco minutos antes de que lo expulsaran. Ahora pretende que le hagan un hueco en la junta de gobierno de la Diputación y que le pongan en la lista del PP en el Burgo para las próximas elecciones. Pero esa será una de las secuelas, una nueva serie que aún no se sabe si se estrenará o no, porque buena parte de la producción depende del congreso provincial del PP, aún sin fecha. El PP no es que haya perdido sino que desapareció en los primeros capítulos al quedarse sin representación por la espantada de sus dos concejales. El ganador absoluto es Pardo, que vuelve como ‘salvador’ tras el desgobierno en que acabó lo que empezó como un pacto entre PP y PSOE, tras haber permanecido callado, dejando hacer a los coaligados, hasta que, casi como obligado, dio el paso de presentar candidatura para evitar que el gobierno El Burgo de Osma cayerá en el caos total. Otro ganador es el ahora primer teniente de alcalde, Luis Cuesta, que ha conseguido un récord difícil de batir. Ha gobernado apoyando, como miembro del PP, a un alcalde popular sustentado por los votos socialistas. Luego, gobernó como no adscrito, apoyando a un no adscrito en la Alcaldía sostenido por el PSOE. Ahora, se ha separado, al menos a la hora de votar alcalde, de su antiguo compañero, de partido primero y de no adscripción después, ha votado contra sus antiguos socios socialistas y ha aupado a la antigua oposición a la Alcaldía para integrarse en su equipo. Vamos que ha gobernado con todas las formaciones con su partido y sin partido. Todo un récord.