¿Game over?
¿ES posible que hasta aquí haya llegado la aventura política de un partido que llegó a tener más de 4 millones de votos y 57 Diputados en el Congreso hace apenas dos años? ¿Es posible que haya terminado su recorrido político un partido que revolucionó el panorama político en toda España? ¿Es posible que un partido que (aunque hoy nos parezca mentira) llegó a ganar las elecciones en Cataluña desde la defensa de los valores constitucionales y la unidad nacional, haya llegado a su fin?
A juzgar por las últimas encuestas publicadas parece que sí. Hablamos evidentemente de Ciudadanos al cual la reciente encuesta de Sigma Dos en Castilla y León le atribuye cero escaños en el Parlamento regional vaticinando su total desaparición.
Por muchos errores que se hayan cometido resulta difícil entender semejante batacazo si tenemos en cuenta que en España tradicionalmente ha habido una amplia base electoral centrista que es la que ha dado, en un sentido o en otro, las principales mayorías parlamentarias. Así ocurrió tanto con el Gobierno socialista de Felipe González como con el Gobierno popular de la primera Legislatura de Aznar. Es indudable que en España hay mucho electorado en el espectro político de centro que no simpatiza ni con el PP ni con el PSOE y que sólo los vota cuando no hay un partido de centro solvente, como ocurrió cuando el histórico batacazo de la UCD y ahora con el previsible de Ciudadanos.
Lo cierto es que hoy día el panorama político nacional es mucho más determinante en los resultados electorales autonómicos. Lo hemos visto en Madrid y lo vemos en Castilla y León con el hundimiento del PSOE de Tudanca. Realmente Tudanca no ha hecho nada para pasar en tan poco tiempo de 35 procuradores a 28. Es verdad que podría decirse que no ha hecho nada en general, pero quizá porque sea el más listo de todos. Con más de 90.000 euros de sueldo, sin responsabilidades de gestión, sin presiones políticas, sin agenda institucional, sin jefes directos en la región y sin más actividad diaria que la que él mismo se quiera imponer para qué quiere hacer nada. Virgencita, virgencita…
En el caso de Ciudadanos la confirmación de su extinción dependerá, en este contexto nacional que determina mayorías autonómicas, de la capacidad de Arrimadas de recuperar la credibilidad perdida y aglutinar los millones de votos centristas que volverán a ser decisivos en las próximas elecciones.