Digitalización de boquilla
SE NOS LLENA LA BOCA hablando de la importancia de la transformación digital de todos los sectores económicos y su influencia en los nuevos perfiles profesionales, hábitos de consumo y posibilidades de desarrollo económico de los territorios. Y es cierto que los nuevos procesos productivos van a ser determinantes en todos los sectores económicos y suponen una inmejorable oportunidad de desarrollo profesional, personal y territorial. Sin embargo, parece que en materia de digitalización todavía la teoría del mercado laboral va por un lado y la práctica de los sectores más innovadores por otro. Sorprende observar a estas alturas la resistencia del mercado laboral a incorporar este tipo de perfiles digitales frente a las nuevas propuestas de los sectores más innovadores que, como el turístico, incorporan constantemente nuevas formas de desarrollos tecnológicos en todos sus ámbitos.
En el sector turístico la digitalización de nuestras empresas es fundamental para no perder competitividad frente a otros destinos. La transformación digital de nuestro sector turístico no puede quedar en una mera expresión retórica ni en un objetivo genérico sin posibilidades de aplicación práctica en el corto plazo. A nivel nacional ya funcionan en la práctica tecnologías innovadoras para facilitar y mejorar la experiencia turística del viajero. Desde sistemas de reconocimiento facial para agilizar el checking en hoteles a plataformas de gestión digital de viajes que integran en un único sistema todos los servicios turísticos a disposición del cliente.
Este desarrollo tecnológico choca frontalmente con la realidad de un mercado laboral que en Castilla y León está aún muy lejos de ofrecer respuestas al reto de la digitalización de nuestra economía. Recientemente la Fundación Telefónica ha publicado un análisis sobre las características de los perfiles laborales más demandados según el cual en Castilla y León tan sólo el 12,5% de la oferta de empleo se refiere a profesionales digitales de cualquier sector. Un dato muy llamativo que todavía se reduce más en algunas provincias como Avila donde tan sólo llega al 5% o Zamora donde tan sólo el 2,7% de los trabajadores demandados son profesionales digitales.
Es evidente que mientras el mercado laboral no refleje la necesidad de profesionales cualificados en sectores innovadores la tan manida transformación digital no dejará de ser una idílica aspiración teórica alejada de la verdadera realidad de nuestra economía y de sus posibilidades de desarrollo.