Mañueco rescata la senda y la esencia del Diálogo Social
En política, como debe ocurrir con todo en la vida, las cosas no se dicen, se hacen. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se comprometió a rescatar la senda y la esencia del Diálogo Social, un símbolo de entendimiento que es marca de Castilla y León, y lo ha hecho. Lo ha hecho en el peor momento de nuestra historia y en el momento más inoportuno para dinamitar este marco de ideas para reflotar el empleo y fortalecer una de nuestras fortalezas, los servicios sociales, paradigma de una comunidad humilde y juiciosa en el gasto, pero comprometida hasta acciones inigualables con la protección del Estado de Bienestar.
El acuerdo de Diálogo Social, tras meses de absurdas turbulencias provocadas por quienes sólo pretenden engordar su absurdo protagonismo sin escrúpulos a costa de desmantelar hasta lo más esencial de nuestro modelo de convivencia, firmado ayer es el de mayor dotación de la historia. No podía ser de otra forma, ante el reto histórico que afrontamos de recuperarnos de la mayor crisis sufrida por el mundo tras la Segunda Guerra Mundial. El Diálogo Social ha estado a la altura. Y en este caso el presidente de la Junta también lo ha estado. Recomponiendo las heridas abiertas, atendiendo las demandas de los agentes sociales y mostrando especial sensibilidad con las necesidades en el empleo que va a dejar tras de sí la pandemia.
Mañueco, con bueno tino y mejor juicio, ha devuelto el Diálogo Social al lugar en el que lo dejó el consejero Germán Barrios antes de salir corriendo para no ser cómplice de atropellos y majaderías. Lo ha vuelto a situar en la posición del entendimiento y la unidad, que es lo que ha hecho fuerte como sociedad llena de dificultades en crisis precedentes. Y además lo ha reforzado con inversiones. Porque es tiempo de invertir no de pregonar. Es tiempo de acción.
¿Qué es lo que falta ahora? Agilidad. Mucha agilidad para que esos más de trescientos millones de inversión lleguen lo antes posible a sus destinatarios, que son los trabajadores más desfavorecidos por la crisis y las personas más vulnerables de nuestra estructura social. Y ahí también tendrá que estar al pie del cañón el presidente de la Junta a la vista de los desaguisados protagonizados habitualmente por el departamento de Industria y Empleo, cuya última ocurrencia ha sido contratar el plan industrial de Castilla y León a una consultora vasca, en vez de encomendárselo a la plantilla de la Consejería, que era lo sensato y lo lógico. Un plan que además llegará con la mitad del periodo cumplido y que costará una millonada.
El Diálogo Social es más que un acuerdo de agentes sociales con la administración. Es un elemento fundamental de nuestra cohesión como comunidad preocupada y comprometida por los más desfavorecidos, y los más azotados en coyunturas de crisis. Porque para progresar y avanzar como sociedad, debemos hacerlo juntos, sin brechas. Las cosas se hacen, no se dicen. Esa es la política real y veraz. Lo demás, sermones y excusas de mal pagador. Mañueco ha cumplido su palabra.