Tudanca y el 15-M
AQUÍ, en el Páramo de La Parrilla, es más fácil escuchar el reburdeo de un toro que las palabras de un ser humano. Nada malo. Pero con tanta ausencia de interferencias uno acaba por expresar lo que piensa. Lo que siente. Aunque los animales que pastan por estos pagos tienen grabado un sentido gregario en su proceder, observar su comportamiento es un canto a la felicidad y a la libertad. Y no hablo (solo) del semental.
Paseo lentamente por el ruedo. El sábado hubo tentadero, y en la arena aparece el tatuaje efímero de las huellas. Caballos, toros y hombres. Descifrar esos senderos es destripar la lidia, escudriñar en los instintos. Atacar, defenderse. Vencer, convencer. Ser derrotado. Levantarse.
Un pequeño escaño, junto a la chimenea, ahora huérfana de leña, me permite sentarme. En las páginas CyL de EL MUNDO me detengo en un nuevo tratado sobre tauromaquia. Al relance de las preguntas de Lago, el dire, Tudanca, novillero sin alternativar, ofrece un compendio de respuestas más propias de una charla a su ejecutiva regional, donde el puesto asegura el nihil obstat, que para las páginas de un periódico con lectores que no se dejan torear fácilmente.
Que conste que mi idea primera era escribir sobre el 15-M. Ningún mérito. Nada más irrumpir en el camino que me lleva a Quinta de Tierz tuve que hacer un alto para dejar que atravesara una piara ovina. Ya saben, asociación de ovejas, digo de ideas. Más que en Sol, tuvieron que reunirse en la Castellana. Que para eso es una Cañada Real. Ideología de rebaño.
Tudanca, eso es, que me despisto. Acusa el líder (?) socialista el dolor que le causa que la palabra libertad se use libremente. Es lógico. Hasta ahora (por todos los complejos de la derecha) esta palabra era exclusiva en el comercio electoral de la izquierda. Y las comisiones que se obtenían en forma de votos no eran poca cosa. Sánchez, apoderado del eterno novillero Tudanca, ha acabado con el (falso) mito. Enternece leer hablar al burgalés del control judicial. Al que su partido desea controlar políticamente.