Los doce magníficos
EL NÚMERO DOCE es mágico, mistérico, taumatúrgico. Ha sido utilizado por civilizaciones e imperios de todas las épocas como talismán profético de buena suerte, si bien su sino ha sido el contrario. Doce fueron las tribus de Israel (Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y Benjamín). Todas ellas desaparecieron, bien fruto de las conquistas y asimilación con otros pueblos, bien por su deportación a lugares del lejano Oriente.
En la mitología griega doce fueron los dioses principales: Zeus, Hera, Apolo, Afrodita, Atenea, Poseidón, Hefesto, Ares, Hermes, Artemisa, Démeter y Hestia. Doce fueron las Tablas de la Ley, escritas durante la República Romana, que contenían el antiguo derecho consuetudinario, ya existente en tiempos pasados para la convivencia entre patricios y plebeyos, que igualaban sus derechos. Se convirtieron en las primeras disposiciones de derecho público y privado de que se tenga noticia. Con el paso del tiempo fueron sustituidas por las normas locales de los pueblos que les sucedieron.
Doce fueron los apóstoles, fundadores y difusores del cristianismo. Judas, que se ahorcó, fue reemplazado, por un tal Matías, que para más inri fue seleccionado, no por sus méritos, dotes intelectuales, carismáticas o persuasivas, sino -parece de coña- por un juego de azar, los dados. Todos fueron ejecutados, torturados o desterrados.
Doce han sido los promotores de la Superliga europea: Barcelona, Madrid, Atlético, Manchester City, Manchester United, Liverpool, Tottenham, Chelsea, Arenal, Milan, Inter de Milán y Juventus. Después del anuncio del proyecto y tras unos frenéticos días que han convulsionado a toda Europa la idea parece que se va al garete, aunque todavía falta mucho partido. Los equipos ingleses, después de la injerencia política del primer ministro británico y de gran parte de la afición, se han dado de baja.
El Milan y el Inter de Milán han declinado su oferta. El Atlético ha preferido esperar y dejar en stand by su participación. De momento quedan en pie Madrid, Juventus y Barcelona. Junto a este cóctel mediático, un juez de lo mercantil, en resolución judicial, ha vetado cualquier medida sancionadora o disciplinaria contra los clubes integrantes, sus jugadores y sus directivos, en el supuesto de que UEFA, FIFA o federaciones y ligas nacionales quieran oponerse a la puesta en marcha de la Superliga. La batalla económica, política y social del deporte europeo está servida, aunque no tiene buena pinta.